Entiendo, hasta cierto punto, la medida tomada por el Concello de Ourense solamente con algunas fuentes de la ciudad de dejarlas sin agua debido a la sequía. Pero, ¿de verdad sigue siendo necesario privar a los vecinos del placer de escuchar la música de las gotas al caer y del bienestar que produce al mirarla, y de la vida que fluye a su alrededor? Creo que con estas imágenes de los árboles inundados y la fuente seca, sobran las palabras.