La ausencia de incidentes avaló la introducción de cambios de tráfico en ocho calles de Carballiño

Los agentes vigilan los despistes

Un vehículo retrocede, tras ntentar colarse en la calle Cesáreo Tizón. (Foto: Martiño Pinal)
La fuerza de la costumbre y algún que otro anecdótico despiste protagonizaron la puesta en marcha provisional del nuevo plan de tráfico en Carballiño. La Policía Local se encargó de controlar las ocho calles de la villa afectadas. Los agentes confían en mejorar la fluidez circulatoria de ayer con una nueva ordenanza de carga y descarga.

A las 11,00 horas de ayer, el alcalde en funciones de Carballiño, José Antonio Barge Gil, abandonó su tarea lectiva el Instituto de Secundaria y se encontró con una extraordinaria fluidez de tráfico en la avenida Conde Vallellano. Precisamente, antes de enfilar con su vehículo la calle Aldara, estrenando así el único sentido de circulación que permite enlazar con la carretera de Ribadavia.

Y es que esta arteria del casco urbano de la villa y otras siete más son objeto de un plan de pruebas orientado a la prevención de atascos puesto en marcha por la Concejalía de Tráfico, que dirige el propio Barge Gil. Desde primera hora de la mañana, un dispositivo integrado por ocho agentes de la Policía Local, 10 voluntarios de Protección Civil y los seis integrantes de la brigada medioambiental se afanaron en el control de los accesos al centro, siempre bajo la omnipresencia de la grúa municipal, que no tuvo necesidad de retirar ningún vehículo.

Colisión

Hasta el mediodía, las anécdotas se sucedieron. ‘Unha muller saltouse co seu coche dúas vallas de prohibición na rúa Centro de Buenos Aires e, tras interceptala, dixo que era para aparcar só 10 minutos’, comental Francisco Valeiras, cabo de la Policía Local. Otro conductor, despistado, esquivó otra valla y chocó contra una señal metálica recién instalada, sin que se registrasen daños personales. En el cruce de Ribadavia, a un agente policial se le ‘escaparon’ dos automóviles en la calle Ribeiro (en sentido contrario a la circulación) mientras informaba a un camionero.

‘Ó saír do consistorio, agora sempre hai que mirar á dereita’, le espetó un vecino al portavoz del PP en la Corporación, Argimiro Marnotes, indeciso a la hora de cruzar el paso de peatones hacia la Plaza Mayor. ‘Detectamos problemas relacionados co costume de chegar ó Concello e subir cara ás rúas Cánovas e Carmen para acceder á estrada de Ribadavia, e, tamén xirar cara ó barrio de Flores e a rúa Caridade’, apunta Francisco Valeiras. Los agentes también notaron cierta saturación en la avenida Rodríguez Soto, que ahora recibe el tráfico procedente de Ribadavia.

‘Cremos que iste novo sistema funcionou bastante ben, pero aínda se pode mellorar cunha remodelación da ordenanza de carga e descarga’, indica el cabo Valeiras. Añade que ‘tamén se deberán fixar as reservas para estacionamentos nos supermercados e áreas comerciais da vila’.

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