El cornezuelo de centeno, la droga que revolucionó Galicia en los años 50

photo_camera Hongo alucinógeno proveniente del centeno (EFE).

Dacón, en Carballiño, se convirtió en el mercado central en Galicia de este hongo alucinógeno, origen del LSD moderno

Cornezuelo, caruncho o dentón son los múltiples nombres de un hongo alucinógeno proveniente del centeno que durante los años 50 fue utilizado en Galicia para facilitar partos y provocar abortos y que llegó a provocar una fiebre económica en el rural, además de ser el origen del LSD moderno.

Las insólitas historias conectadas con este hongo, cuyo nombre científico es claviceps purpúrea, son rescatadas ahora por las directoras Sabela Iglesias y Adriana P. Villanueva en el documental etnográfico "Negro púrpura", en el que abuelos y abuelas gallegas narran sus experiencias en torno al que también fue conocido como el "oro negro".

"Resulta que un día estábamos con una amiga comiendo y nos contó que su abuela había traficado con LSD. Nos quedamos impactadas", explica una de las directoras, Adriana P. Villanueva.

Aunque ese titular quizá estaba demasiado simplificado, tanto Adriana como Sabela decidieron tirar de la manta y elaborar un trabajo etnográfico que habla de la realidad de la Galicia rural en los años 50 y que conecta con las plagas medievales, las multinacionales farmacéuticas, los mitos griegos y hasta la mismísima CIA.

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El cornezuelo es un hongo que nace en el centeno y en otras plantas gramíneas y abunda en los campos húmedos y en comarcas lluviosas de Galicia y el norte de Portugal, aunque también se daba en el sur de Rusia y en Polonia.

A comienzos de los años 50 este hongo generó en Galicia una verdadera fiebre económica, pues el kilo podía llegar a valer casi 1.000 pesetas de la época: "Permitió a muchas familias salir adelante y también a muchas mujeres tener una pequeña economía propia", explica Villanueva, que señala que principalmente lo recogían mujeres.

Dacón, mercado central 

El boom del cornezuelo de centeno fue tal que mujeres y niños se dedicaban días enteros a la recogida del hongo y en Dacón, una aldea cercana a Carballiño, se encontraba el mercado central en Galicia, desde donde se decidían los precios en Japón o Estados Unidos, países a los que se exportaba el cornezuelo en plena dictadura.

"El dinero que se pagaba por el hongo aportó mucho a las economías familiares y sacó de la pobreza a mucha gente", asegura la directora.

Pero lo curioso de esta historia es que la mayoría de abuelos y abuelas dicen que en aquel momento no conocían muy bien para qué servía aquel hongo, solo que daba dinero.

Sin embargo, las industrias farmacéuticas de países como Inglaterra o Alemania, sí que conocían las propiedades del hongo, principalmente vasoconstrictoras y relacionadas con la obstetricia.

Ya en España, en 1936, el médico Ramón Obella y el farmacéutico Francisco Rubira fundaron el Instituto Bioquímico Miguel Servet en Vigo, con el que lanzaron el denominado "pan ergot", producido a partir del cornezuelo como remedio contra jaquecas o glaucoma.

La Guerra Civil interrumpió el desarrollo del cornezuelo de centeno y no fue hasta 1939 cuando la empresa Zeltia -ahora el gigante PharmaMar- comenzó a producir cornezuelo de forma industrial para diversos fármacos.

Ahora bien, en Galicia, aunque la mayoría de personas no conocían exactamente para qué servía el hongo, sí que existían creencias populares que lo relacionaban con remedios caseros para ayudar a las mujeres a parir y que también era usado en abortos clandestinos.

Las parteras en Galicia conocían la capacidad oxitócica del caruncho, que daban a las mujeres a beber mezclado con agua para ayudarlas a realizar las contracciones del útero.

"Existía el medio tabú de que también valía para los abortos. Lo que pasa es que era muy peligroso", explica Villanueva, que afirma que al fin y al cabo el cornezuelo era "una droga".

Y es que a lo largo de la historia este hongo ha sido el responsable de diversos males, como el "mal del pan maldito", provocado por la ingesta de un pan oscuro, contaminado por este hongo.

En el Camino de Santiago era muy común que los peregrinos acudieran a Compostela para curar el ergotismo o gangrena, conocido como "fuego de San Antonio"; mientras que el baile de San Vito está más relacionado con su vertiente psicotrópica, que ya data desde la Antigua Grecia.

"El que comía de aquello, borrachera", cuenta uno de los abuelos en el documental, en relación a un suceso ocurrido en O Barco de Valdeorras en el que una gran hornada de empanadas contaminadas por ese hongo hizo que medio pueblo "caminara para atrás" y se armara la de San Vito.

Sin embargo, tal y como apareció, desapareció, una vez que los alcaloides que le interesaban a la industria farmacéutica fueron sintetizados y la industria dejó de comprar la materia prima.

Sin embargo, el cornezuelo de centeno, que en un primer momento tenía un uso muy restringido, monitorizado para experimentos de psiquiatría y por las agencias de inteligencia como la CIA, tuvo al final también sus usos lúdicos, ya que el químico suizo Albert Hoffman estudió durante años la composición de este hongo, a partir de la cual descubrió en 1943 el LSD.

"La fábrica Sandoz, en la que trabajaba Albert Hofmann, hacía muchas importaciones de Portugal y del norte de España, por lo que el LSD con el que se colocó Hofmann por primera vez pudo provenir de cornezuelo gallego", asegura Villanueva, que asegura que "Negro Púrpura" fue el resultado de "un laborioso trabajo de campo", en el que recogieron los testimonios de toda una generación que en unos años muy concretos vivieron un verdadero revulsivo.

El documental, que se estrenó el pasado 24 de septiembre, puede verse en diferentes salas de Galicia y en Madrid y Barcelona.

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