Los vecinos de Boborás revivieron con la procesión sus años ‘mozos’ como bailarines en Xuvencos

Una danza tradicional con toque caribeño

Una de las paradas para bailar los paleados fue frente al colegio público de Boborás. (Foto: Martiño Pinal)
Día de fiesta en Boborás y en esta ocasión por doble motivo, ya que después de seis años, los vecinos fueron capaces de recuperar la ancestral Danza de Xuvencos, en la que los vistosos trajes caribeños contrastan con la música y el baile tradicional gallego. El esfuerzo de una vecina del municipio y de ocho jóvenes lo hicieron posible.

Los vecinos de Boborás participaron emocionados en su tradicional procesión con motivo de la Festa das Mudaciós, porque en esta ocasión y después de un paréntesis de seis años, volvieron a disfrutar y admirar a los jóvenes bailarines, que interpretaron magníficamente el ancestral ritual de la Danza de Xuvencos. Eran las 10 de la mañana cuando se celebraba la primera misa en la capilla de Boborás. Seguidamente, salió la procesión con los ocho danzantes abriendo paso a la Virgen, para devolverla a su iglesia de Xuvencos, de donde la habían sacado los feligreses el domingo pasado, en un intercambio con la imagen de Santa Isabel. Ayer había que trasladar a cada una a su sitio habitual y es precisamente durante esa procesión cuando se desarrolla la danza, cada cuatro años, e interpretada por ocho jóvenes solteros del entorno.

Esfuerzo

No es fácil conseguir voluntarios, en primer lugar porque cada vez hay menos jóvenes, muchos están fuera del Concello y, además, el aprendizaje de la danza requiere un esfuerzo importante. Los ensayos de dos horas diarias durante los últimos tres meses se vieron reflejados en la habilidad de los bailarines para marcar los diferentes pasos, utilizar las castañuelas, los complicados palos y el cordón. De esta forma, a lo largo de un recorrido de dos kilómetros se detuvieron en varias ocasiones para bailar distintas piezas seleccionadas entre las que conforman la danza completa: Tres muiñeiras, tres paleados, el paso y la más vistosa que es el entrenzado, en la que juegan con cintas de colores y con un muñeco articulado vestido de marinero. Los vecinos de Boborás dicen que al menos los trajes de los bailarines proceden de Cuba y que ‘o moneco fíxose en homenaxe a travesía marítima dos emigrantes que os trouxeron’, apuntaba María José González, que asumió por primera vez este año la dirección de los ensayos, sustituyendo a Francisco García.

Sólo en dos ocasiones, la primera en la localidad de Almuzara y la otra, ya delante de la iglesia de Xuvencos, se interpretó la danza al completo. Al final del recorrido fue donde se producía una vez más el encuentro de la Virgen y Santa Isabel. Allí, se oficiaba la segunda misa y el último baile ponía fin al ancestral ritual, pasadas ya las dos de la tarde.

‘Todo saiu moi ben, á xente gustoulle moito, e eso anímanos a continuar con esta tradición e volver a repetir a danza dentro de catro anos’, indicaba María José González.

El tiempo

El buen tiempo acompañó a la comitiva durante las cuatro horas que duró la celebración, aunque este año los vecinos improvisaron casi de víspera una carpa sobre ruedas, ‘para facer igual a danza aínda que chovera, porque un ano tiveramos que interrumpila por ise motivo’, señaló María José González.

La jornada de fiesta concluía en Boborás ya de madrugada con una verbena amenizada por dos orquestas.

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