El empresario Florindo González volvió a ganar la subasta para introducir la imagen en la iglesia y cumplir con ello su viejo compromiso

La puja por la Virgen de Arcos sube a 3.300 euros

Un momento de la subasta, en la que puja Florindo González, a la izquierda. (Foto: JOSÉ PAZ)
La subasta que cada año se convoca en la parroquia carballiñesa de Arcos para introducir en la iglesia el carrito que transporta a la patrona de los 'pulpeiros', Santa María, fue ganada una vez más por Florindo González, cabeza de familia de los propietarios de una empresa dedicada a la pesca y distribución de pulpo y congelados de marisco.
Este empresario subió hasta 1.700 y 1.600 euros, respectivamente, la puja por llevar las andas (denominadas 'maus') derecha e izquierda de la pequeña carroza de la Virgen. Florindo González se declaró vencedor, como en los últimos 40 años, de una 'batalla' de seis minutos de duración, que el sacristán de la parroquia, Luis Casal, hizo arrancar en 50 euros por anda. El total de 3.300 euros supera los 1.000 euros abonados el pasado año, que registró la cantidad más baja en la puja, si bien la crisis ya se fue apreciando en un descenso de las aportaciones en años anteriores, que fueron de 8.000, 7.200, 7.400 y 4.200 euros, respectivamente, en los años 2007, 2008, 2009 y 2010.

Un acto que ya está consolidado en el programa festivo, y que se desarrolla después de la procesión, que comienza a las 13,00 horas, y antes de la misa que oficia el párroco, Manuel Fernández. Sobre todo, por el respeto que los feligreses tienen por el gesto de Florindo González a la hora de agradecer a la Virgen su intercesión para que un antiguo accidente no se convirtiese en un desgraciado siniestro.


COMPROMISO

Fue en la década de los años 70 del pasado siglo cuando un barco congelador de la empresa naufragó en aguas del Océano Atlántico debido a una vía de agua, y la vida de los 30 tripulantes corría peligro. Florindo González se encomendó a la patrona de Arcos y se comprometió, mientras viviese, no sólo a acompañarla en su recorrido procesional y ser él mismo quien la introduzca en la iglesia, sino también a prestar colaboración económica con los festejos en su honra. Así, la aportación económica de la puja es tan sólo una parte de la historia, ya que Florindo también paga las dos bandas de música que cada año acuden a la fiesta.

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