CRÓNICA

Bocadillos contra el catering

photo_camera Las escaleras del Instituto sirvieron de asiento para los escolares (MARTIÑO PINAL)

Los escolares de la ESO usuarios del comedor escolar en el colegio Tomás de Lemos de Ribadavia cambiaron ayer el catering por un bocadillo que sirvió el ANPA para reclamar un servicio público de comedor

La entrada principal del Instituto de Ribadavia se convirtió ayer en un improvisado comedor escolar, en el que el menú fue a base de bocadillos de chorizo y salchichón, junto con agua y galletas de chocolate, de postre. Ninguno de los 66 alumnos del colegio Tomás de Lemos usuarios del comedor durante los martes de cada semana, que es la única jornada partida que tienen en la ESO, acudieron a la sala que tiene habilitada el centro para ese fin, y se apuntaron al "bocata" que les ofreció la ANPA (Asociación de Nais e Pais de Alumnos).

Fue la primera acción de rechazo al catering , que este curso sirve la empresa Serunión, a la que la Consellería de Educación adjudicó el servicio para dar cobertura a los escolares de la ESO tanto del Tomás de Lemos como del Instituto, que utilizan otros 83 estudiantes, y que en este caso sí acudieron al comedor escolar en el último turno del mediodía. Ambos edificios están ubicados en el mismo recinto pero en el Instituto no se ha presentado nadie para dirigir la ANPA y de ahí que no se planteara la posibilidad de sumarse a esta iniciativa reivindicativa de un servicio público.

La protesta sorprendió al resto del alumnado del Tomás de Lemos que no tienen derecho a comedor porque residen en Ribadavia, salvo que paguen, o porque ya optaron por comer en una cafetería o un bocadillo en el recinto escolar, en muchos casos debido a que no les gustaba la comida. "¿Qué está pasando ahí, por qué reparten bocadillos?, se preguntaban a la salida de las clases.

Los chavales se arremolinaron en torno a las cuatro madres que trasladaron los alimentos en cajas. Tenían hambre y decían que "vamos a comer comida de una vez, mejor un bocata que lo que nos ponen".

Los alumnos y los padres reclaman un servicio público, similar al que disfrutan los niños de Primaria, que cuentan con una cocinera y un ayudante que les preparan a diario un variado y completo menú.

Josefa López hablaba en representación de la ANPA: "llevamos protestando a dirección desde que se empezó con el catering hace unos cuatro años, pero este curso es peor que nunca porque los niños se niegan a comer y por eso decidimos iniciar las protestas". Los escolares afirman que les sirven directamente en bandejas "que parecen de la cárcel, sin platos y con comida que no nos gusta, mientras que en Primaria sí que está buena".

La asociación espera que la situación mejore, que la Consellería de Educación atienda sus quejas para no tener que tomar otras medidas. "Además de reclamar a la dirección del centro, hace dos años lo hicimos directamente a la Consellería pero no nos contestó", señalaba Josefa López, algo que corroboraban las otras tres madres que acudieron ayer a repartir los bocadillos.

La reivindicación es clara, ya que pretenden que se retire el catering y se contrate a quien sea necesario para que cocine en las instalaciones del centro. Señalan que el precio por día y alumno es de 4,50 euros, y que "por ese coste bien se puede contratar a un ayudante de cocina para que trabaje los martes, porque a fin de cuentas sólo es un día a la semana, seguro que a la Consellería de Educación le saldría más barato".

La dirección del Tomás de Lemos confirmaba que el pasado viernes comunicó a la Consellería de Educación el rechazo de los escolares a la comida del catering e informaba sobre la protesta que protagonizarían por ese motivo. Sin embargo, ayer todavía no se había recibido ninguna contestación en el colegio por parte de la Administración autonómica.

Mientras la asociación de padres espera una respuesta satisfactoria, fuentes de Educación aseguraron que hace dos años ya habían protestado en ese mismo centro y que se había realizado una inspección comprobando que todo estaba correcto.

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