Un incendio arrasó en torno a 30 hectáreas de monte arbolado, según las últimas estimaciones de la Consellería do Medio Rural, en los municipios de Crecente (Pontevedra) y Cortegada (Ourense). El fuego se originó a las 15,55 de ayer en el monte de la parroquia pontevedresa de Filgueira, en donde se había realizado una plantación de pinos hace aproximadamente 10 años.
Las llamas se propagaban sobre las 18 horas al otro lado del río Miño debido al fuerte viento, afectando a la parroquia de San Benito de Rabiño, con al menos cuatro focos en una zona muy frondosa en la que abundan especies de arbóreas como el pino, roble y eucaliptos, entre otras.
Los vecinos preocupados siguieron desde el pueblo la evolución del incendio, manteniendo puertas y ventanas de sus viviendas cerradas para evitar la entrada del denso humo que se acumuló en el entorno, si bien no llegaron a peligrar las casas, manteniéndose el fuego a una distancia de varios kilómetros y separado por carreteras y pistas forestales.
La Policía, la Guardia Civil y los bomberos permanecieron atentos y en guardia en los pueblos afectados por si fuese necesario intervenir. El incendio se estabilizaba y quedaba controlado a las 19,30 horas. En las labores de extinción participaron 1 técnico, 8 agentes, 21 brigadas, 12 motobombas, 2 pas, 7 aviones y 7 helicópteros.
El alcalde de Cortegada, Avelino Luis de Francisco, destacaba el "amplio despliegue de medios que acudió a la zona", y por ese motivo durante el tiempo en que duró el incendio mantuvo su confianza en que sería rápidamente sofocado. Una vez extinguido, se refería a la "gran eficiencia de los servicios de emergencia".
