O RIBEIRO

La spiderwoman de Ribadavia

Chebita Domínguez no dudó en sujetarse con una cuerda a casi 20 metros de altura para limpiar el voladizo del edificio en el que reside en Ribadavia

Chebita Domínguez Viéitez es cartera de profesión y aunque nunca practicó la escalada es lo suficientemente osada para colgarse de una cuerda a casi 20 metros de altura para limpiar el voladizo de un edificio de siete plantas. No lo hizo por exhibicionismo, ni mucho menos, sino porque la comunidad de vecinos no dispone de recursos económicos para pagar a una empresa especializada.

Un buen día se juntaron 15 vecinos para hacer una profunda limpieza en el inmueble. El problema era el voladizo que ofrecía una lamentable imagen desde la carretera de Ribadavia. Así que Chebita Domínguez se ofreció a limpiarlo, pese a las opiniones en contra de sus vecinos."La responsabilidad es solo mía, les dije, y me até una cuerda por las dos piernas y la cintura, subí al batiente de la ventana del primer piso y me fui deslizando hasta el voladizo, mientras tres hombres me sujetaban desde el interior de la vivienda", apuntó.

Ella no sabe cuando la grabaron con un móvil ni como llegó su aventura a las redes sociales y se divulgó por Ribadavia como una hazaña, que algunos calificaron de temeraria y otros, los que más, la consideraron muy valiente. "Supongo que alguien me escuchó gritar a mis vecinos para que fueran soltando la cuerda y me grabaron", matizaba la cartera. Cuando estaba en plena faena de limpieza surgió la primera dificultad, ya que se balanceaba y giraba sobre sí misma. La solución la aportaba una vecina que la sujetó con una escoba desde una ventana.

Afirma que no tuvo miedo en ningún momento, a pesar de que el ascenso, tras la limpieza, no fue tan fácil como el descenso. "La cuerda no se deslizaba por el batiente y les costó bastante subirme", explicaba. Aunque algunos amigos le dicen que ha sido "una locura", a Chebita Domínguez le parece algo completamente normal, porque "no tengo miedo a las alturas, no siento ningún vértigo y eso es lo que les contesto cuando me dicen que estoy loca".

Por ese motivo, y para disgusto de su marido, es la primera en subirse al tejado para colocar las tejas tras un vendaval o para limpiar la chimenea. "La señora de Ribeira que hizo algo parecido fue más valiente, porque es mayor que yo", recordaba, asegurando que lo volvería hacer sin ningún problema, ya que "nunca pensé que podía pasarme algo, sólo que debía limpiar el voladizo". Podría ser escaladora, pero no lo es, le gusta caminar y la bicicleta, y "como soy cartera doy zapatilla todas las mañanas".

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