REPORTAJE

Papá, quiero ser Policía


La Policía Nacional realizó una exhibición con seis de sus unidades para deleite de 240 niños del Campamento Urbán. La Brigada de Caballería y el helicóptero encandilaron a los más pequeños

El día de la exhibición había llegado. No sólo para los niños, también para el jefe de la Brigada de Participación Ciudadana y promotor de la jornada, DámasoRodríguez, a quien un día la idea le alumbró, como a Luther King. "Un día tiven un soño", apunta con entusiasmo escolar. El embrión del campus de la Policía Nacional que ayer congregó en la Comisaría de As Lagoas a 30 agentes de Madrid, Vigo, A Coruña y Ourense tiene su origen en Inglaterra. Allí, Rodríguez participó en una reunión de policías europeas y en seguida planeó, y por qué no, hacer algo similar en Ourense.

A hacer realidad su anhelo acudió la Unidad Central de Caballería. Incendiario, Heinze, Jiguel y Falce, cuatro caballos venidos de Madrid para luchar contra los incendios forestales, tienen en su particular currículum haber participado en la coronación de Felipe VI, un hito casi comparable a aguantar sobre sus lomos a todos los niños que quisieron montarlos. Y es que, como afirmó el Comisario de Ourense, Amable Valcárcel, "la Policía es amiga de los niños".

La Guía Canina de la Policía mostró las habilidades de dos de sus 16 perros, adquiridos en Hungría y Checoslovaquia para el rastreo de drogas y explosivos. Los canes estuvieron atentos a las órdenes del subinspector Manuel Cubero, que prestó sus servicios en la visita del Papa o en el accidente de Angrois. "Traballamos por vós" afirma con rotundidad.

A las doce del mediodía llegó la sorpresa que había anunciado la concelleira de Educación, Ana Garrido. El helicóptero de la Policía Nacional sobrevoló As Lagoas hasta posarse en el helipuerto de la comisaría. Los niños pudieron ver la cabina de mandos bajo la supervisión del jefe de la Base de Medios Aéreos de Galicia, Víctor Nieto, especialista en el control aéreo de eventos relevantes.

Al tiempo que varios grupos de escolares pertenecientes a los colegios de Curros Enríquez, Amadeo Rodríguez, O Couto y la Escuela de Artes Escénicas veían de cerca la aeronave, uno de los responsables de la Unidad de Intervención de Vigo explicaba el funcionamiento del arsenal expuesto: rifles de francotirador por valor de seis mil euros, armas automáticas y las polémicas pelotas de goma. "Se nos compara con los grises pero yo tenía 5 años cuando murió Franco", nos cuenta. "En las manifestaciones te personalizan pero, a veces, nosotros hubiésemos actuado de otra manera. Somos la unidad donde más se nota el criterio de un político", dice, y admite que lo peor de su trabajo es acudir a los deshaucios.

A la una del mediodía todo el dispositivo estaba recogido, pero en el cabeza de Dámaso Rodríguez se incubaba otro "sueño". Otro campus. Esta vez con todos los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.

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