El 2023 se inicia con presupuestos aprobados en 16 concellos rurales

La gran mayoría de concellos de la provincia de Ourense tienen intención de iniciar el año con los presupuestos ya aprobados, pero no siempre es posible. Eso sí, son muchos los que cumplen con su promesa y ya están trabajando de lleno en la preparación de las cuentas que regirán en el 2023. Punxín, Cartelle, Taboadela y Castrelo do Val fueron los primeros que se adelantaron, tras estos los siguieron otros consistorios más. El Concello de Punxín fue el primero en sacar adelante sus cuentas para 2023 por un importe superior a los 400.000 euros. “Non é nada, pouco temos para gastar, e por iso tratamos de facelo o antes posible para organizar, despois tratamos de tirar de axudas”, explica el alcalde Manuel Vázquez, tras aprobar en el pleno de octubre las partidas. Tras este, Cartelle aprobó a principios de noviembre su presupuesto para 2023, que asciende a 1.371.000 euros. Un millón de euros En Taboadela llevaron a pleno las cuentas generales para 2023, aprobando inicialmente su cuantía sobre 1,4 millones de euros: “Fixemos un pleno extraordinario para aprobalo, pensamos que é importante comezar o ano con presupostos aprobados para poder traballar xa con eles”, explica el regidor municipal Álvaro Vila. Con él coincide Vicente Gómez, alcalde de Castrelo do Val, donde aprobaron las cuentas de 2023 el 18 de noviembre por un importe de 1.218.000 euros. Tras estos primeros, también se apresuraron A Mezquita, sacando adelante unas cuentas por valor de 1.470.038 euros; Baños de Molgas, con 1.060.000 euros, y Allariz, con 6.663.898 euros. El Concello de Allariz es la primera villa de la provincia que logra sacar adelante los presupuestos para el próximo año antes de que acabe el mes de noviembre. Otros concellos rurales que aprobaron sus presupuestos para 2023 son Sandiás, con 1.090.758 euros, Quintela de Leirado, Vilamarín, A Merca, San Cibrao das Viñas, A Teixeira, Verea, Beade y San Xoán de Río. En marcha Más allá de estos consistorios, son muchos los que ultiman detalles para llevar los presupuestos a los últimos plenos del año, ya que “é importante comezar o ano coas contas listas, é moito máis fácil traballar”, coinciden los alcaldes, aunque “a veces é complicado por todo o traballo interno que temos nos concellos”, anota Patricia Torres, alcaldesa de Boborás, quien confía en poder aprobarlos antes de que finalice este ejercicio. Como allí, en Maside también están trabajando en sus cifras para 2023. En A Rúa, Álvaro Fernandez es claro: “Gustaríanos aprobalos en breve, pero con toda a carga de traballo que temos creo que quedarán para primeiros de ano”. Y es que, aunque la intención es buena, el día a día laboral, en ocasiones impide lograr estos propósitos. Eso sí, los concellos trabajan hasta el final para iniciar 2023 con nuevas cuentas. En las comarcas de A Limia y Allariz son Paderne y Xunqueira de Espadañedo los concellos que están ultimando los números. En la comarca de Monterrei, los concellos más madrugadores son Cualedro, Monterrei y Oímbra. “Nós sempre comezamos o ano cos presupostos aprobados”, remarca Luciano Rivero, alcalde de Cualedro. También Viana ultima los detalles para llevar las cuentas a pleno, así como A Gudiña, que marcaron el próximo 15 de diciembre en el calendario para celebrar ese pleno presupuestario, que estará en torno a los 1,7 millones de euros. Así, los concellos rurales -esos que barajan presupuestos más sencillos- apuran el trabajo para poder iniciar el 2023 con todo en orden. Cinco localidades gobiernan con las cuentas de años anteriores En el lado opuesto se encuentran las localidades que están gobernando con los presupuestos prorrogados de años anteriores. Los grupos de gobierno afirman que les gustaría trabajar con cuentas nuevas anuales, pero que las dificultades los obligaron a continuar con los presupuestos de años anteriores. Es el caso del Concello de Laza, aunque su alcalde, José Ramón Barreal, asegura que este año tratarán “de lanzar uns novos orzamentos que nos gustaría aprobar, que andarán sobre 1,5 millóns de euros”. Este municipio trabaja con las cuentas del 2019 debido al gobierno en minoría del Partido Popular. En Ramirás, donde también gobiernan en minoría, trabajan durante este año con los presupuestos de 2021, “algo que fai moi dificil levar a cabo obra”, explica la socialista Isabel Gil. La regidora municipal califica la tarea de gobernar como “ardua e difícil, cando gobernas en minoría e con orzamentos prorrogados, corres o risco de poder perder subvencións, como xa nos ten pasado”. En Baltar también trabajan con los presupuestos de 2021 -ascienden a 900.000 euros- y también tienen intención de aprobarlos para el 2023: “Ya estamos trabajando en ellos y tenemos convocada una reunión con la corporación para trabajar en este sentido”, anota su alcalde, José Antonio Feijóo, quien achaca la falta de nuevos presupuestos en 2022 a problemas internos de la entidad: “La falta de una secretaria con dedicación exclusiva causó retraso, es el único motivo, aquí no hay problemas de liquidez”. El problema de la falta de secretario también lo vivieron en Petín, donde prorrogaron los presupuestos del 2021 para este año. “O noso problema, como lle aconteceu tamén a A Rúa, foi que tivemos moito cambio de secretario, entón foi imposible aprobalos este ano”, explica la regidora, Raquel Bautista, quien afirma que para 2023 tienen intención de preparar nuevas cuentas. Patricia Domínguez, la alcaldesa de Trives, es conocedora de la problemática que acarrea la falta de estabilidad de los secretarios: “Nós gobernamos con orzamentos prorrogados por dous motivos: gobernamos en minoría e o cambio constante de secretarios que temos”. Y es que Trives actualmente está a la espera de la incorporación de un nuevo secretario, y aunque su deseo sería preparar nuevos presupuestos, las previsiones son malas: “Hai moito traballo interno e con estes dous hándicaps é complicado”, concluye. Así, la intención de los Consistorios es aprobar nuevas cuentas para trabajar en 2023, tratando de superar las dificultades presentes, que se aglutinan principalmente en dos factores: la falta de secretarios y los gobiernos en minoría.