El juez instructor resolverá si el inculpado debe someterse a la prueba en contra de su voluntad

El acusado de matar a Tomás Milia se resiste a dar su ADN

Alexandru Marius Luca a la entrada (izda.) y, esta vez con el rostro descubierto, a la salida del Pazo de Xustiza en la mañana de ayer. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Alexandru Marius Luca (18 años) acudió a primera hora de la mañana de ayer a la sede del Instituto de Medicina Legal en Ourense (Imelga), en la plaza Concepción Arenal, en donde estaba citado por medio de un auto judicial, para la obtención de muestras de saliva con la finalidad de obtener su ADN.
Pero el imputado en el homicidio del farmacéutico jubilado Tomás Milia hace 10 días se opuso a su realización. La negativa creó momentos de tensión entre el joven rumano y los agentes allí presentes, entre los que había miembros de la policía científica, ante la incertidumbre de obligarlo o no a someterlo a la prueba. Finalmente, el juez acordó su suspensión ante la resistencia exhibida y a expensas de resolver el recurso planteado por el letrado del imputado, Eduardo Mazaira, quien arguye la falta de motivación del auto en el que se decreta esa prueba.

El abogado se congratuló ayer de que el juez no hubiera dado carta blanca a la autorización de la fuerza para conseguir la muestra de saliva, ya que, según dijo, 'se estaría vulnerando el artículo 15 de la Constitución, en el que se deja claro que todos tenemos derecho a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes'.

Ahora, el instructor, Leonardo Álvarez, debe ser quien mueva ficha ante la tesitura jurídica planteada, un asunto en el que también fue consultado el fiscal del caso, Carlos Valenzuela, a quien ya se le ha dado traslado.

El letrado del inculpado considera que no ha lugar a la obtención del ADN porque podría ser una prueba de cargo contraria a los intereses legítimos de Alexandru Marius, a quien asiste el derecho de defensa y el de no proporcionar pruebas de cargo que puedan ir en su contra.

El magistrado instructor acordó la obtención de una muestra de saliva para cotejar el ADN del imputado con otros restos biológicos que aparecieron en el escenario del crimen, el quinto piso del número 4 de la calle Curros Enríquez, en el que tuvo lugar el homicidio de Milia tras contratar los servicios sexuales de Marius Luca.

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