JUICIO

Un acusado de violación alega que pagó por sexo a una menor

photo_camera oaquín Oliveira Cunha da su versión de los hechos en el juicio de ayer (Foto: Marcos Atrio)

La joven asegura que la amenazó con una navaja y que el inculpado pensó en matarla y después sucidiarse 

La víctima y un acusado de rapto y violación de una menor ofrecieron versiones totalmente contradictorias sobre lo acaecido a partir de las cinco de la madrugada del 15 de julio de 2012, cuando ambos se encontraron en la rotonda de A Valenzá. Según el inculpado, Joaquín Oliveira Cunha, pagó 200 euros a la joven, quien entonces tenía 16 años, por mantener sexo con ella. "Le pregunté cuánto cobraba, me dijo 200 euros, y adónde quería ir, y me respondió que a donde quisiera yo, así que le propuse ir a mi casa en Portugal, porque hacía tiempo que no iba y tengo animales allí", declaró ayer el acusado en la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia.

El acusado, quien se enfrenta a una petición de casi 21 años de prisión, detalló todo lo que hizo las 12 horas que pasó con la joven. Asegura que al llegar a su casa en Portugal tuvieron relaciones sexuales pero que nunca la obligó y que, al final, recogió unas fresas y las comieron juntos, antes de regresar, parar un tiempo en una presa que él conocía y dejarla en Valença (Portugal), tal como ella le pidió pues quería irse para Vigo, en lugar de a Ourense.

La siguiente en declarar fue la víctima, que tiene ahora 18 años, y lo hizo detrás de un biombo. El relato comenzó con el encuentro con su captor. Según dijo, volvía para su casa desde la de un amigo donde se había celebrado una fiesta de cumpleaños. Aquella noche, iba sola y hablando por teléfono con uno de sus amigos, al que escuchaba por los auriculares conectados al teléfono móvil. Según detalló, el acusado salió de su coche aparcado "con un cuchillo en la mano" y se lo puso en el cuello.

"Me obligó a meterme en el coche, me cogió el bolso, preguntó por el móvil y, al verlo, le quitó la batería, me hizo doblarme hacia delante y ponerme una camiseta en la cara, al llegar a una casa me llevó a la ducha y luego me violó", relató la joven visiblemente nerviosa.

La jueza le preguntó en varias ocasiones si se encontraba bien durante la declaración y si prefería descansar, a lo que la víctima se negó "para no tener que volver a empezar". Añadió que el agresor le devolvió la ropa y la ató de manos y pies, le ofreció fresas para comer que ella rechazó y la encerró en un saco.

En su relato, la joven indicó que la introdujo en el maletero, momento en el que pensó que todo se acababa. "Abrió el maletero y le pedí por favor que me dejara ir, que yo no iba a contar nada y al cabo de un rato, dijo que prefería matarme y luego matarse él, y que yo no iba a poder seguir con mi vida, además de otras cosas como que no podía contarlo porque nadie me iba a creer", manifestó.

Tras decidir dejarla viva, según destacó la joven, le dijo que se fuera a casa, y que él sabría todo lo que haría ella desde ese momento. La dejó en Valença, donde cogió un taxi hasta la Comisaría de Vigo donde hizo una primera declaración "no ajustada a la realidad porque sentía mucho miedo, como nunca en mi vida".

Entre los testigos de ayer, se incluye el de la madre que antes de entrar en la sala del juicio se encaró con el acusado para gritarle: "Algún día me verás la cara". Relató que esa noche fue alertada por los amigos de su hija, quienes, sobre las cinco de la mañana, le explicaron por el interfono de casa que uno de ellos escuchó a un hombre por el teléfono y a la víctima "muy asustada", y que se la llevaron en un coche.

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