El brote de algas por la subida del caudal quedó relegado a una de las pozas del Muíño da Veiga

Afluencia masiva de bañistas a las termas junto al río Miño

Las algas quedaron prácticamente relegadas a la poza de la imagen, en el Muiño de A Veiga (Foto: Miguel Ángel)
Las riberas del Miño volvieron a atraer ayer a ourensanos y visitantes, que disfrutaron de la temperatura, más suave que en días pasados, y de las instalaciones termales.
Las algas que el miércoles afectaron a las pozas públicas del Muíño da Veiga quedaron prácticamente relegadas a una única charca y tanto Outariz como A Chavasqueira -espacios públicos y en concesión por igual- estuvieron completamente libres de ellas. De hecho, ese fenómeno que el Concello atribuye a la subida del nivel del río, sólo se produce en el Muíño, donde algunas pozas están en pleno cauce del río y el desnivel hacia el agua, que sería clave para agilizar la salida del líquido y las algas, es muy escaso.

Con todo, los bañistas del Muíño da Veiga eran reacios a meterse en el agua de la charca todavía afectada por las algas. En todo caso, la institución local insistía en que ésta no está estancada y, por lo tanto, cumple totalmente con las condiciones de higiene y salubridad para el baño, a pesar del aspecto que presentaba.

No obstante, los usuarios que se acercaron hasta esta zona de la ribera del río pudieron elegir y disfrutar con total normalidad de las elevadas temperaturas del agua termal y decantarse por alguna de las otras tres pozas, en las que apenas eran perceptibles estas algas.

La zona termal de la ciudad se ha convertido en el principal atractivo ourensano en los días festivos y de temperaturas agradables. A los fieles que la disfrutan diariamente se unen en estas ocasiones usuarios esporádicos e incluso visitantes de otras partes de Galicia. El Concello ha encargado un estudio para determinar qué infraestructuras se necesitan en esta orilla del río para incrementar su potencial como foco de atracción turística.

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