Los ourensanos han elevado su nivel de ahorro familiar desde la llegada de la crisis, con un importe medio por habitante inferior al de A Coruña y Lugo, pero superior al de Pontevedra. Así se extrae de los últimos datos -relativos a 2009- del informe de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas).
De hecho, el 2009 fue el año en el que los ourensanos registraron el mayor nivel de ahorro de la década, con un acumulado de 808,7 millones de euros, lo que supone 2.409 euros por habitante. Esto refleja un incremento del 22% con respecto al año anterior, en el que acumulaban 660,5 millones (1.965 euros por persona). Aún así, coruñeses y lucenses ahorran, de media, más que los ourensanos.
No obstante, el informe -que analiza los datos desde el año 2000- refleja altibajos en la evolución del ahorro a lo largo de la década, ya que creció en los primeros años, pero se contuvo entre 2004 y 2007, si bien desde este último año ha experimentado un notable crecimiento.
El motivo de que en 2009 se alcanzase el máximo histórico de ahorro radica en la confluencia de factores que permitieron a las familias elevar su tasa de ahorro, según explica el analista económico Víctor Montes, quien advierte que en 2010 esos factores han cambiado radicalmente, reduciendo la capacidad de realizar reservas por parte de las familias.
INDICADORES
Así, en 2009 los precios permanecieron prácticamente invariables (en algunos meses el IPC incluso era negativo), el combustible registró una evolución favorable, se reduce el Euríbor (principal referencia hipotecaria) o se aplican estímulos fiscales, como la deducción de los 400 euros. A estos factores externos se unen motivaciones internas, ya que buena parte de los consumidores decidieron gastar menos. Por ello, aún en un entorno desfavorable para el empleo, se pudo ahorrar más.
No obstante, en 2010 el panorama cambió completamente y dificultó que los ciudadanos pudiesen ahorrar. Los precios volvieron a crecer (la inflación cerró el año en el 3%), el Euríbor ha ido repuntando, subieron el IVA y los impuestos especiales y se elimina la deducción de los 400 euros. A ello se une, según recuerda Montes, el plan de ajuste anunciado en mayo, que congela las pensiones y reduce un 5% el salario de los funcionarios, colectivos con gran peso en Ourense. Mientras, el desempleo sigue creciendo y, en este contexto, se anuncia el fin de las ayudas de 426 euros para los parados que agoten el resto de prestaciones.
Para 2011 'cabe esperar que las tendencias de 2010 se profundicen', según señala Montes, en un contexto en el que se está destruyendo empleo, con lo que los trabajadores dejan de percibir su salario, y buena parte de los parados agotan las prestaciones existentes, con lo que dejan de percibir ayudas. Por ello, los ingresos que perciben las familias son menores y se reducirá su capacidad de ahorro.
Las reservas realizadas por empresas y entidades sin ánimo de lucro también han crecido en Ourense con la llegada de la crisis, pasando de 473 millones en 2007 a 653 millones en 2008, cifra que permaneció igual en 2009.
El peor comportamiento lo registran las administraciones públicas, que no solo no consiguen ahorrar, sino que han disparado su endeudamiento. En el caso de la provincia ourensana, el importe de la deuda era de 1.205,9 millones de euros al cierre de 2009, cuando un año antes se situaba en 985 millones.
No obstante, el informe -que analiza los datos desde el año 2000- refleja altibajos en la evolución del ahorro a lo largo de la década, ya que creció en los primeros años, pero se contuvo entre 2004 y 2007, si bien desde este último año ha experimentado un notable crecimiento.
El motivo de que en 2009 se alcanzase el máximo histórico de ahorro radica en la confluencia de factores que permitieron a las familias elevar su tasa de ahorro, según explica el analista económico Víctor Montes, quien advierte que en 2010 esos factores han cambiado radicalmente, reduciendo la capacidad de realizar reservas por parte de las familias.
INDICADORES
Así, en 2009 los precios permanecieron prácticamente invariables (en algunos meses el IPC incluso era negativo), el combustible registró una evolución favorable, se reduce el Euríbor (principal referencia hipotecaria) o se aplican estímulos fiscales, como la deducción de los 400 euros. A estos factores externos se unen motivaciones internas, ya que buena parte de los consumidores decidieron gastar menos. Por ello, aún en un entorno desfavorable para el empleo, se pudo ahorrar más.
No obstante, en 2010 el panorama cambió completamente y dificultó que los ciudadanos pudiesen ahorrar. Los precios volvieron a crecer (la inflación cerró el año en el 3%), el Euríbor ha ido repuntando, subieron el IVA y los impuestos especiales y se elimina la deducción de los 400 euros. A ello se une, según recuerda Montes, el plan de ajuste anunciado en mayo, que congela las pensiones y reduce un 5% el salario de los funcionarios, colectivos con gran peso en Ourense. Mientras, el desempleo sigue creciendo y, en este contexto, se anuncia el fin de las ayudas de 426 euros para los parados que agoten el resto de prestaciones.
Para 2011 'cabe esperar que las tendencias de 2010 se profundicen', según señala Montes, en un contexto en el que se está destruyendo empleo, con lo que los trabajadores dejan de percibir su salario, y buena parte de los parados agotan las prestaciones existentes, con lo que dejan de percibir ayudas. Por ello, los ingresos que perciben las familias son menores y se reducirá su capacidad de ahorro.
Las reservas realizadas por empresas y entidades sin ánimo de lucro también han crecido en Ourense con la llegada de la crisis, pasando de 473 millones en 2007 a 653 millones en 2008, cifra que permaneció igual en 2009.
El peor comportamiento lo registran las administraciones públicas, que no solo no consiguen ahorrar, sino que han disparado su endeudamiento. En el caso de la provincia ourensana, el importe de la deuda era de 1.205,9 millones de euros al cierre de 2009, cuando un año antes se situaba en 985 millones.
