En lugares como Álava o Comunidad Valenciana, los cazadores se han plantado y no abatirán más jabalíes, a pesar de tener problemas similares a los que se viven en la provincia de Ourense. En la provincia vasca, ya han comenzado la medida, ahogados por los gastos, y lamentando que “lo que era una actividad recreativa se ha convertido en una obligación”. Por ello, reclaman que les liberen de pagar por daños agrícolas o accidentes de tráfico, lo que más dinero les cuesta a las sociedades de cazadores. En Comunidad Valenciana, han ido más allá y la federación de caza ha pedido directamente una compensación por cada jabalí abatido o, de lo contrario, no volverán a cazar estas piezas.
En Ourense, dice Antonio Mota que los tecores consiguen hacer frente a daños o accidentes, pero insisten en que necesitan que “se nos exima de tasas ”, como los 1.000 euros por tener activo el tecor, o el pago de licencias: “Ya que no hay posibilidad de renovación, por lo menos que aguantemos”.