Un amigo del fallecido lo halló sentado en una silla en su casa, totalmente desordenada, de As Caldas de Partovia

Aparece muerto de un tiro en la nuca con un arma para sacrificar reses

La vivienda precintada de Santiago Yáñez Iglesias, en As Caldas de Partovia.  (Foto: Marcos Atrio)
Un vecino de la localidad carballiñesa de As Caldas de Partovia fue hallado muerto en extrañas circunstancias. Un amigo lo encontró sentado en su vivienda, en la que residía solo, en torno a las 13.30 horas del pasado martes. Se trata de Santiago Yáñez Iglesias (entre 50 y 60 años de edad), natural de Vigo, aunque residió muchos años en Barcelona, antes de que su madre adquiriese una casa en Partovia, que compartió con su hijo hasta su fallecimiento.
El cadáver presentaba una profunda herida hecha con un objeto punzante en la parte posterior de la cabeza, supuestamente provocada por una pistola que se utiliza en la matanza de los cerdos (una varilla que se empuja con fuerza adelante y atrás para conseguir un gran destrozo en la estructura cerebral).

A la vista de los hechos, la primera hipótesis que se baraja es que pudo tratarse de un asesinato, aunque tampoco se descarta la posibilidad de un suicidio que, por otra parte, fuentes de la investigación consideran poco probable.

La Policía Judicial se hizo cargo del caso, interrogando al amigo que halló el cadáver y a los vecinos del entorno, quienes aseguraron que no habían visto ni oído nada sospechoso, al mismo tiempo que dedicó la mayor parte del día, hasta bien pasadas las 19 horas, a recoger muestras del lugar de los hechos, mientras el forense realizaba la primera inspección del cadáver para proceder a su levantamiento y traslado con vistas a la realización de la autopsia.


PRECINTO

Una patrulla de la Policía Local de Carballiño, aseguraron los vecinos, fue la primera en desplazarse hasta Partovia, tras recibir el aviso de la persona que encontró el cuerpo. Los residentes más próximos a la casa, cuya entrada estaba ayer precintada, señalaron que el interior se encontraba completamente revuelto. No obstante, también puntualizaron que Santiago Yáñez era un hombre bastante desordenado y que 'facía oito días, en torno ó mediodía, saliu da casa medio espido polo pobo e decindo que o roubaran'. Por ese motivo, añadían que 'ó mellor aínda non ordenara a vivenda dende que pasou o do roubo'. Y es que los habitantes de este pequeño núcleo rural, famoso por sus aguas termales, manifestaron reiteradamente a este periódico que desconocían las causas de la muerte. Asimismo, tampoco se sorprendieron del importante despliegue de las fuerzas de seguridad: Policía Judicial, Guardia Civil y Policía Local, porque 'cando aparece morta unha persoa sola acuden a investigar, o que nos pareceu raro é que botaron moito tempo'.

Santiago Yáñez se relacionaba poco con sus vecinos. 'Saludaba e falaba, pero apenas sabemos nada da súa vida, estaba moito en Ourense co padre Silva', manifestaron, y añadieron que 'ten un fillo e unha filla en Barcelona, ós que nunca vimos por aquí'.

Respecto a su profesión, indicaron allegados al fallecido que 'vivía de rentas, aínda que fai tempo traballou en Bemposta'.

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