La alianza nació en 1963, tras entrar el gigante norteamericano en el accionariado de la firma española
La lámina que distribuye hoy La Región dentro de la colección "Publicidad con Historia" recoge un anuncio publicado en el año 1963 y que hace referencia a la alianza que alcanzaron ese mismo año la compañía Barreiros-Diesel, una de las industrias europeas punteras en la automoción industrial europea, y el gigante norteamericano Chrysler. El pacto fue asumido por Barreiros con el fin de afrontar las dificultades de financiación que atravesaba y al mismo tiempo avanzar en el camino de la fabricación y comercialización de turismos, aunque al final la compañía norteamericana acabaría engullendo a la que creara el ourensano Eduardo Barreiros.
La semana pasada, el jueves 19 de febrero, se cumplían 23 años del fallecimiento de Eduardo Barreiros y la fundación que lleva su nombre, radicada en Madrid y presidida por la hija del empresario, Mariluz, recordaba el aniversario resaltando el código de conducta al que el empresario "permaneció siempre fiel": hacer siempre honor a los compromisos, no mirar a nadie por encima del hombro, ser muy tenaz, rodearse siempre de buenos colaboradores y amigos, convivir al máximo con los que trabajan con uno, estimularlos en la mayor medida, no querer ganar para ti la última peseta, trabajar con intensidad, escuchar las sugerencias aunque procedan de gente modesta y tener vocación y fe.
Este era el decálogo al que nunca renunció este "ourensano de aldea, que no era ingeniero, sino un mecánico excepcional", tal y como recoge la página web de la Fundación.
Eduardo Barreiros había nacido el 25 de octubre de 1919 en Gundiás, una pequeña aldea de Nogueira de Ramuín. Su padre puso en marcha una empresa de línea de autobuses, en la que colabora y trabaja su hijo Eduardo, que asiste, además, a un taller de mecánica para aprender el oficio. Tras la guerra crean un pequeño taller familiar, donde inicia las operaciones de reconstrucción y venta de vehículos.
Obras públicas
Tras vender la línea de autobuses, Eduardo crea la empresa Becosa y se dedica d a trabajos de contratas de obras públicas, mientras en el taller comienza a transformar motores de gasolina a diessel. La alta demanda de transformación de motores le lleva a fundar Barreiros Diessel y en 1952 se traslada a Madrid, creando en Villaverde una gran factoría de motores y vehículos industriales, que le convertirán en el primer empresario privado del sector automovilístico español.
En 1963, para afrontar los problemas de financiación que atraviesa y al tiempo abrir espacio en el terreno de los turismos, firma un acuerdo con la norteamericana Chrysler Corporatión, a la que cede el 40% de Barreiros Diesel. Nace así Barreiros-Chrysler, que fabricará en España los turismos Simca y Dodge Dart. Una de los resultados de este pacto se plasma en la inserción publicitaria publicada en La Región, en la que en el que se anuncia "la puesta en marcha de los planes de fabricación del Dodge Dart Sedán y Dodge Dart Station Wagon" y asegura que "los modelos que se fabriquen en España serán siempre los mismos que se produzcan en los Estados Unidos".
En 1969 Barreiros venderá a Chrysler su participación en la empresa y una cláusula del contrato le impide trabajar en el mundo de la automoción por un periodo de 10 años. Retornará a ese en 1980, constituyendo la empresa Dimisa, con la que ganará un concurso internacional convocado por el gobierno Cuba para desarrollar su industria de automoción. Así comenzaría Barreiros su etapa cubana, impulsando y dirigiendo una factoría que en 1990 iniciaba la producción de los motores Taino.
El 19 de febrero de 1992 Eduardo Barreiros fallecía en La Habana, a la edad de 73 años.
