Los visitantes protestan y el Concello lo atribuye a la gran cantidad de usuarios en la fuente

El aumento del consumo agota el agua en el nuevo Tinteiro

A los fieles de O Tinteiro se ha sumado un buen número de visitantes desde que el miércoles fuera inaugurada la nueva imagen de esta emblemática fuente a orillas del río. Y lo que en principio podría ser una buena noticia ha acabado con usuarios molestos e indignados con la reforma, a la que culpan de que 'non bote auga nin a bomba nin ningún dos pediluvios' (para lavar los pies), explicaba ayer un asiduo. Él mismo calificaba de 'vergonza, que ós dous días de inaugurar unha cousa non funcione'.
La explicación que da a este 'fenómeno' la concejala de Termalismo, Ana Garza, es sencilla. 'Segundo me comentan os técnicos, a fonte estivo ateigada de xente toda a tarde e o depósito (de unos 1.000 litros) se vai baleirando e despois tarda entre 10 e 15 minutos en volver a haber auga', aseguró, al tiempo que puntualizaba que 'o manantial é o mesmo de sempre e a auga vai a ese depósito'.


NORMAS DE USO

Ante esta situación y las quejas de los usuarios, la concejalía estudia la posibilidad de reducir los segundos en los que echa agua cada uno de los grifos de las instalaciones, e incluso valoran también colocar carteles solicitando a un uso racional del agua para evitar que, sobre todo en los días de más aglomeración de usuarios, sucedan casos como los registrados en estos dos primeros días.

Asimismo, una incorrecta utilización también puede estar detrás de la rotura de una pieza de la bomba de agua de O Tinteiro, que, según fuentes municipales, tuvo que ser sustituida ya en el día de ayer. En todo caso, los usuarios y visitantes de este espacio reclaman al Concello que subsane esta situación lo antes posible, dado que, evidentemente, el principal activo de esta zona son sus aguas, en cuyas propiedades medicinales confían muchos ourensanos.

El reformado Tinteiro fue inaugurado el pasado miércoles, después de finalizadas unas obras que comenzaron el pasado mes de mayo. Además de renovar los accesos y el entorno, donde antes había una única fuente, los trabajos incluyeron la instalación de dos pérgolas y un banco corrido, así como seis pediluvios y dos pilones de agua en el centro.

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