El ministro explicará el martes los motivos por los que no es posible el soterramiento de las vías

Blanco no espera que la Xunta rectifique sobre la integración

Tras la autorización del contrato del AVE gallego por parte del Gobierno central, anunciada el pasado viernes (aunque Blanco ya informó al presidente autonómico el pasado jueves) la relación entre Fomento y la Xunta se ha caracterizado por una gran cordialidad, poco habitual entre administraciones de distinto signo político.
No obstante, a pesar de la mejora de las relaciones con el Gobierno autonómico, el ministro Blanco no contempla que la Xunta pueda adherirse al convenio que el Ministerio de Fomento y el Concello de Ourense van a firmar el martes, para desarrollar la integración urbana de la nueva línea. Según indicó, no está previsto que la Xunta ratifique el acuerdo en dicha reunión.

En este sentido, el Gobierno autonómico ha había anunciado que no participará en este consorcio porque no acepta la solución pactada por Fomento y Concello, en cuyo diseño ellos no participaron, y piden que se haga un nuevo estudio que contemple la posibilidad del soterramiento, especificando que el AVE podrá llegar igual a Ourense aunque la remodelación del Empalme no esté completa. No obstante, en las últimas semanas no defendieron públicamente esta postura, alegando que se tergiversaba y se empleaba como argumento para demorar los plazos.

El ministro Blanco, por su parte, volvió a insistir ayer en que esta propuesta supondría un retraso en los plazos previstos, añadiendo que no es posible 'empezar de cero'. Además, reiteró que la propuesta de soterramiento conlleva un incremento de costes que no es posible asumir.

En este sentido, el titular de Fomento indicó que las integraciones del AVE en las ciudades se financian con las plusvalías que genera el aprovechamiento urbanístico del suelo antes ocupado por instalaciones ferroviarias, que queda libre con la reforma para acoger las nuevas líneas de alta velocidad. No obstante, los estudios realizados en Ourense 'no pagan ni el 25% de la integración', señaló el ministro.

Por ello, añadió que si los defensores del soterramiento 'están dispuestos a pagar eso y asumir el retraso, podemos hablar' pero, en caso contrario, 'yo no tengo recursos para pagar caprichos'.

Por estos motivos, el ministro lamentó que exista una corriente en Ourense que extienda la opinión de que la ciudad está siendo agraviada con respecto a otras, ya que en la mayoría de urbes en las que se está estudiando la integración, se aprueba el soterramiento.


EXPLICACIONES

Blanco avanzó que el próximo martes, cuando acuda a Ourense para firmar el convenio y participar en el Foro 'Ourense Nueva Velocidad', que organiza La Región, explicará a la sociedad ourensana por qué no es posible otra integración en Ourense.

En este sentido, ayer no ofreció las cifras sobre las que calcula que las plusvalías no cubren más que un 25% del coste del soterramiento. En este sentido, los defensores de esta opción argumentan que costaría sólo cinco millones de euros más que la opción ministerial (presupuestada en 25 millones), advirtiendo que Fomento no puede incluir como 'integración urbana' el tramo Taboadela- entrada a Ourense (que costará 500 millones de euros).

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