El coste del mantenimiento, en fase de estudio, impide su puesta en marcha y frena el adecuado saneamiento de las aguas residuales de la ciudad

El bombeo de O Couto inaugurado hace cinco meses está sin funcionar

Imagen del pozo de bombeo, el núcleo de esta pieza clave para el saneamiento de la ciudad. (Foto: FOTO: Migel Ángel)
Han pasado casi cinco meses desde que el 26 de septiembre se inaugurara la estación de bombeo de O Couto y la infraestructura que tendría que asumir y gestionar el 95% de los residuos de la ciudad que acaban en el río Miño continúa sin funcionar.
Las administraciones públicas la vendieron como la 'pieza clave' -en palabras de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil- del saneamiento de Ourense, declarado, por cierto, de interés general en el año 1997; pero hay dos razones que demoran y lastran la puesta en marcha de esa infraestructura: es preciso firmar un convenio entre el Concello y el organismo de cuenca por el que la institución municipal pasa a convertirse en gestora de la instalación; y no se firma porque el Concello aún tiene que hacer números con objeto de buscar los fondos que precisa la estación para su puesta en marcha y mantenimiento diario. La cantidad está por definir pero en el Concello aseguran que ya trabajan en ello, sólo que los medios técnicos son escasos y los dineros, más todavía.

FALTA DE FONDOS

La concejala responsable de esta área, Áurea Soto, que también dirige el urbanismo municipal, reconoce el retraso en la puesta en funcionamiento de esta infraestructura que siempre se consideró prioritaria y, de hecho, espera que 'podamos recibir ya la obra' a lo largo de este mes de febrero, si bien lo fundamental, dice, 'es que empiece a funcionar', esté en manos de quien esté.

Aurea Soto reconoce que el Concello tiene que 'evaluar el coste que nos supone la instalación' y en eso están trabajando los servicios económicos, los técnicos del departamento de aguas y los de suministro eléctrico porque . Una vez que se hayan calculado los gastos del funcionamiento de la instalación, se podrá poner en funcionamiento. Aunque no da fechas, Soto afirma que 'tiene que funcionar pronto'.

La edil de Infraestructuras atribuye la demora registrada en la apertura y funcionamiento de estas instalaciones ubicadas en el barrio de O Couto, a pie del Barbaña (casi en su desembocadura en el Miño) en que 'no tenemos gente' puesto que, a pesar de las críticas de la oposición por las contrataciones realizadas en su departamento, Soto insiste en que 'tenemos que reconducir todo lo que está pasando en la ciudad, como las consecuencias de la anulación del Plan Xeral' y que ello supone una sobrecarga de trabajo para los servicios jurídicos del Concello, que también tienen que informar y argumentar en lo que respecta al acuerdo de cesión con la Confederación.

VERTIDO

Pero mientras la estación de bombeo no esté operativa no estarán subsanados todos los vertidos que llegan de forma residual a la margen izquierda del río Miño, incluso afecta al buen funcionamiento de los de la margen derecha, conectados con la estación de bombeo a través de una canalización que atraviesa el cauce del río.

De hecho, desde las instituciones públicas se ha reiterado en diversas ocasiones que su entrada en funcionamiento, junto a los colectores de ambas márgenes, también terminados, permitirá erradicar prácticamente la totalidad de los vertidos que se registran en la ciudad. Sólo que hay que pagar un coste de mantenimiento que, de momento, parece inasumible.

Un pozo que filtra todos los residuos para que no lleguen al cauce del río
La estación de bombeo propiamente dicha es un pozo circular de 25 metros de diámetro interior, al que se adosa la cámara de entrada de los interceptores y que se divide en tres áreas diferenciadas: una zona de gruesos y área de reparto -encargada de retener los residuos sólidos que lleguen al pozo de bombeo mediante una cuchara-, un pozo de bombeo o zona húmeda -formados por una zona de entrada con una pendiente de 45 grados que termina en un muro frontal- y un pozo de bombas o zona seca, donde se sitúan las seis aspiraciones de las bombas. La profundidad máxima de excavación en esta zona ha sido de 25 metros.

Hay también un tanque de tormenta de bombeo para regular los caudales, independientemente de épocas de crecida y de estiaje.

La infraestructura parada costó 8,6 millones de euros

El retraso en la puesta en marcha de la estación de bombeo mantiene parada una infraestructura que costó 8,6 millones de euros y que tiene una capacidad de dar servicio a una ciudad de hasta 160.000 habitantes.

De momento, no sirve para nada, al estar inoperativa, pero la estación de bombeo de O Couto permitirá, dicen las administraciones estatal y municipal, un mejor funcionamiento de la actual estación depuradora de Reza -sobre la que pesa también la amenaza de derribo-, puesto que recibirá un caudal regular, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, en la que se alterna la entrada de una gran cantidad de agua con periodos en los que el nivel es muy bajo, perjudicando con ello la labor de saneamiento de las aguas.

La construcción de esta estación de bombeo, ubicada en Ponte Lebrona, formaba parte de una actuación más amplia, que ascendió a unos 22 millones de euros. Incluía también el acondicionamiento de colectores en la margen derecha del río, ubicados a la altura del Puente Nuevo y O Tinteiro, respectivamente.

Las aguas de ambos colectores se encuentran en un pozo de registro común, desde el que atraviesan el Miño por una infraestructura subterránea hasta llegar a la estación de bombeo de O Couto, que tiene una capacidad de recoger 3.680 litros de agua por segundo, aunque inicialmente reducirá esa capacidad para adaptarla a la de la actual estación depuradora de Reza (la nueva está prometida pero sin que se hayan iniciado las obras), que no llega a 2.000 litros por segundo.

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