Seis de cada cien niños nacidos el año pasado en los hospitales de Ourense fueron prematuros

Un buen uso del oxígeno en el recién nacido disminuye el riesgo de secuelas en el futuro

Uno de los problemas que presenta un porcentaje importante de recién nacidos es la falta de oxígeno y un mal manejo del mismo aumenta el riesgo de que desarrollen retinopatía (que puede llevar a la ceguera), displasia broncopulmonar o alteraciones en el cerebro. Augusto Sola, director de Investigación Neonatal y Asuntos Académicos en el Memorial Hospital de Morristown, disertó sobre este tema durante la primera mesa redonda de las jornadas ’Diálogos en Neonatología’ organizadas por el CHOU.
’Hoy, gracias a las tecnologías que manejamos, conseguimos que sobrevivan niños con sólo 24 semanas de gestación. Pero el reto es minimizar al máximo los riesgos en los primeros meses de vida para que no tengan secuelas en el futuro y puedan tener una calidad de vida buena’, afirmó Yolanda Pérez, secretaria de las jornadas ’Diálogos en Neonatología’ organizadas por el Servicio de Pediatría del CHOU.

Entre los asistentes a las jornadas, que comenzaron ayer, destacó la presencia de Augusto Sola, director de Investigación Neonatal en el Memorial Hospital de Morristown (EE.UU.). Para él, uno de los problemas que presenta un porcentaje importante de recién nacidos es la falta de oxígeno y un mal manejo del mismo aumenta el riesgo de retinopatía (que puede llevar a la ceguera), displasia broncopulmonar o alteraciones en el cerebro.

’La carencia de oxígeno es perjudicial para el recién nacido, pero durante años nos hemos olvidado de que si se da de más puede ser tóxico o peligroso para el bebé’, explicó Sóla en la apertura. ’Así, hace diez años, 12 de cada cien prematuros con menos de 1.500 gramos padecían retinopatía. Sin embargo, hoy este porcentaje ha descendido a un 2% sólo con un mejor manejo del oxígeno’.

Según los datos que aportó, entre un 3 y un 5% de los recién nacidos al término del periodo de gestación (de cada 100.000 nacimientos, sólo 10.000 son prematuros y entre éstos el porcentaje se eleva considerablemente) necesitan oxígeno y si se les da de más puede afectarles en su desarrollo y aumentar el riesgo de que padezcan cáncer.

Según Yolanda Pérez, que estuvo formándose el pasado año en Morristown, éste es un problema que preocupa a los profesionales ourensanos porque ’los monitores sólo detectan el poco oxígeno y para saber si se está suministrando de más hay que pinzar al niño’.

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