REPORTAJE

En busca del viaje perfecto

La crisis económica ha convertido a las agencias de viajes en un recurso a recortar por los clientes, pero este verano se está percibiendo una tenue mejoría que aún no termina de satisfacer a los operadores

Pese a que el buen tiempo sigue resistiéndose a hacer acto de presencia de modo estable, la ciudad refleja una manifiesta despoblación temporal, fruto de las vacaciones de verano. Cientos de ourensanos parten de éxodo masivo hacia la playa, la montaña o las localidades de las que son originarios.

Aunque la gran mayoría de las estancias son programadas por los propios viajeros, las agencias de viajes continúan desempeñando un importante papel a la hora de organizar viajes a larga distancia, contratar servicios turísticos especiales o presentar los establecimientos hoteleros de un lugar que nunca se había visitado con anterioridad.

No obstante, la omnipresente crisis económica ha afectado, y mucho, al volumen de negocio de estos operadores, tal y como reconocen desde el sector. En estos momentos, y siempre pendientes de reservas de última hora que puedan surgir en cualquier momento, las agencias de viaje ourensanas coinciden en señalar una mejoría en el número de clientes este año frente a 2013, aunque estas cifras son todavía distantes a las que registraban en años previos a la recesión económica presente.

Este es el caso de Viajes Piña, donde su directora, Carmen Vázquez, señala que la actividad está yendo "un poco mejor que el año pasado" e indica que muchos de sus clientes buscan el ahorro a través de la reducción del número de días de estancia en sus destinos. "Cuando antes estaban quince días de viaje, ahora lo están una semana, y los que estaban una semana, ahora están cuatro días", ilustra Carmen Vázquez, que estima como gasto medio de los clientes de su agencia los 400 euros, para los que están cuatro días, y de una cifra cercana al millar de euros, los que viajan una semana.

"Pienso que ha habido un poco más de movimiento que el año anterior", relata Fátima Fernández, de Viajes Auria, que explica que el turismo internacional, no obstante, "se mantiene constante", gracias en parte a destinos consolidados como los Estados Unidos o los países árabes. Fátima Fernández destaca la variedad de perfiles de viajeros que acuden a la agencia, que establece un abanico de clientes de distintas pretensiones económicas.

Viajes Pardo, agencia cuyo mayor volumen de negocio son los catamaranes que recorren el río Sil, entre otros, también ve una "mejora respecto a 2013, pero no muy importante", señala Manuel Pardo, director de la operadora. En esta agencia también se percibe un contraste entre pasajeros "que gastan 7.000 euros en un crucero hasta lo que se van un fin de semana a una casa rural y se gastan 100".

A falta aún de un periodo importante del verano -y las vacaciones de muchos trabajadores- las agencias se muestran optimistas para cerrar un año que empieza a dejar atisbos de una mejora futura.

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