Una mujer se convertía ayer en la enésima víctima de la calle Dalí al sufrir una caída que le obligaba a ser trasladada al centro de salud. Los vecinos señalan que los resbalones en la zona son repetidos y piden soluciones.
Las aceras de la calle Dalí, en el barrio de O Couto, registraban ayer la enésima caída desde que este vial se abrió al transito. En este caso, una mujer que, según explicaba, "estaba dando un paseo y, aunque habitualmente no tomo esta dirección, en esta ocasión decidí bajar por aquí". La elección se saldó con una caída de espaldas sobre el pavimento, tras resbalar casi al principio de la pendiente, a la altura de la tapería Dalí.
José Ramón Paz, dueño del establecimiento hostelero, salió a ayudar a la afectada a levantarse y sentarse en una silla. La mujer -que prefiere mantener el anonimato- le explicó que sufría un fuerte dolor en la espalda como fruto del percance, a la altura del coxis, por lo que tuvo que permanecer sentada por espacio de más de una hora, ya que en un principio afirmaba no querer "ir a urgencias porque, aunque siento dolor, no me parece tan grave". Agentes de la Policía Local que acudieron al lugar de los hechos, sin embargo, decidieron finalmente llamar a un taxi, ya que, según explicaron, no había ambulancias operativas en ese momento para trasladar a la contusionada al centro de salud.
No es el primer caso de caídas en la zona; de hecho, según explicaba José Ramón Paz, "han sido varias las personas que se han resbalado en esta acera; incluso yo mismo sufrí una no hace mucho". Su mujer añade que "hace unas semanas se rompió un brazo uno de los trabajadores del Instituto Nacional de Estadística, que está un poco más abajo en esta misma calle".
Más casos
Un vecino de la zona, Nolis -exentrenador de fútbol-, confirmaba el hecho y señalaba que "también yo sufrí una costalada en este mismo sitio", al tiempo que añadía que "cuando vas al Concello a quejarte por una caída en una calle ya te responde el funcionario que ‘en la Dalí, claro’, antes de que tú le digas nada".
Hace unos meses se colocó un cartel avisando que había peligro de resbalones en la zona, sin que vecinos y viandantes le encuentren una explicación lógica a la situación. Se llegó a hablar de la posibilidad de que un vehículo con carga de aceite hubiera vertido en la acera y este material hubiera impregnado la zona, pero, como señalan los vecinos consultados, "esto ocurre también en la acera del otro lado".
Por otra parte, desde el Concello recuerdan que hay bordillos con ese mismo material en otros puntos de la ciudad y no registran este mismo tipo de accidentes ni por supuesto en semejante número.
El portavoz municipal, José Araújo, señala que "se ha mandado limpiar en más de una ocasión", pero no se ha resuelto el problema porque apunta que "los vertidos fruto de limpieza de cristaleras, que deben echarse a los sumideros, como determina la ordenanza municipal, se sueltan en la acera y esos líquidos pueden ser una de las causas de este tipo de accidentes cuando se producen precipitaciones, como es el caso de hoy -por ayer-", por lo que pide a las personas que realizan este tipo de limpiezas que cumplan con la norma. En este sentido, explica que "los técnicos que han estado en el lugar e hicieron las pruebas del material utilizado para la construcción de las aceras determinaron que no había problema de ningún tipo con el mismo".
Añade el edil que "incluso se han hecho limpiezas abrasivas para decapar y reducir la posibilidad de resbalones, pero si se siguen vertiendo esos líquidos es difícil resolverlo".
Esta misma situación se produce en otro punto de la ciudad, en la calle Sáenz Díez a la altura de la antigua sede de Fenosa.n
