Las calles de Ourense, auténtica pasarela de imaginación y humor

photo_camera A bailar el ritmo de la noche. (MARTIÑO PINAL)

Los ourensanos disfrutan de la fiesta y colaboran para dar a los vinos un ambiente donde nada es lo que parece. 

La fiesta en Ourense está permanentemente activa, existan o no desfiles o actividades programadas, porque los ourensanos prefieren tomar las calles para dar rienda suelta a la desinhibición de estos días. La zona tradicional de los vinos se transforma y uno puede compartir espacio con los personajes más variopintos, desde los que suponen una crítica mordaz a la actualidad a los que la fantasía deja rienda suelta, pasando por los ya más clásicos. Y además, en la noche de ayer, se unieron a esta jornada los sufrido cofrades del Frei Canedo, que ayer tuvieron su día más grande. Comenzaron la tarde con su purificación del lugar con el Potefumeiro, para continuar con la presentación y sermón de los nuevo cofrades para rematar con la solemnidad que impone una procesión de frailes tan peculiares que han instalado su peculir abadía en el barrio de A Ponte, en Ourense.

Y como tanto acto serio abre el apetito, finalizaron la jornada con una cena como estos cofrades se merecen. Así que las calles ourensanas estuvieron ayer de cualquier manera menos aburridas, a pesar de la amenaza de la lluvia, pero las ganas de pasarlo bien ganaron. 

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