INCENDIOS FORESTALES

Los cambios en el clima aconsejan retoques en la lucha contra incendios

OURENSE. 18.10.2017 CARBALLEDA DE AVIA. ZONA PENA CORNEIRA - ABELEDA. ESTADO DE LOS MONTES TRAS INCENDIO FORESTAL. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Carballeda de Avia, uno de los concellos más afectados, en el día de ayer.

Expertos en materia forestal entienden que el modelo actual "no está caduco", pero debe adaptarse para sufrir "campañas de riesgo más largas"

La ola de incendios que ha arrasado Galicia durante los últimos días calcinó alrededor de 35.500 hectáreas, según las estimaciones aportadas ayer por la Xunta, en un día en el que el trabajo de los servicios de extinción y la lluvia dejó a la comunidad autonóma sin incendios activos, tras cuatro días de terror en los que ha ardido casi el triple que entre  enero y septiembre (12.600), lo que convierte a 2017 en el segundo año con más superficie afectada desde 2006, cuando se quemaron 95.880 hectáreas hasta estas mismas fechas.

Esta última tragedia se produjo, no obstante, con octubre ya avanzado, fuera de la época estival, cuando está funcionando al 100% el dispositivo puesto en marcha por la Xunta. Un período largo de sequía o temperaturas por encima de los 30 grados fueron algunos de los ingredientes del  cóctel, algo que, según diferentes expertos, se refleja en las proyecciones futuras, y constata un cambio climático que aconseja retocar un modelo de lucha contra el fuego que, eso sí, "no está caduco".

"Las tendencias nos apuntan que cada año las campañas serán más duras y largas, por lo que obviamente hay que hacer cambios", destaca el director de la Escola de Enxeñería Forestal de la Universidad de Vigo, Juan Picos. Expone este ingeniero de montes que "ya no vale solo con redactar una legislación, sino que hay que plasmarla".

Entre sus propuestas, está "facilitar las cosas para aquellos que las están haciendo bien, una manera de que más gente se vaya subiendo al barco".

Señala, al igual que el decano del Colegio de Ingenieros Forestales de Galicia, Santiago García, que el monte gallego es un tema "muy complejo, con muchas variables", motivo por el que urgen que se aborde durante todo el año y "con la cabeza fría".

Tanto Picos como García aluden al fenómeno de la intencionalidad, presente en el 80% de los incendios forestales, a la gran cantidad de superficie abandonada, un fenómeno acrecentado por el minifundismo, la despoblación del rural y un desarrollo urbanístico descontrolado.

"Tenemos que sentarnos todos para hablar de un nuevo modelo de ordenación del territorio, mantenemos una estructura que ya no tiene sentido en el siglo XXI", opina Santiago García.

Dinamización

"La única forma es dar incentivos para ir poco a poco cambiando el modelo productivo", afirma el profesor del grado de Ciencias Ambientales del Campus de Ourense Eugenio López Periago, que ve fundamental lograr el "asentamiento" de vecinos en el rural.

Esto contribuiría a mantener en buen estado muchos de los terrenos que ahora están abandonados y que se convierten en un "caramelo" para las llamas. "Hay tal grado de abandono, que se vienen mal dadas, estamos perdidos", señala Santiago García.

En este sentido, urgen fórmulas para conseguir actuar en parcelas que siendo privadas, tengan un propietario desconocido. 

"No se puede tener un dispositivo permanente"

Tanto Santiago García como Juan Picos valoran muy positivamente el trabajo de los servicios de extinción, que ven "modélico", apuntando que es inviable mantenerlo en activo durante todo el año.

"No se puede tener un dispositivo permanente. Son las estadísticas las que marcan la estacionalidad, como con las campañas de tráfico", apunta el decano de los ingenieros forestales.

La cuestión de la seguridad vial, materia en la que las cifras de fallecidos y heridos han mejorado desde que se tomaron una serie de medidas en el ecuador de la década pasada, es el ejemplo perfecto para García del rumbo que debe tomar la política forestal. "Con aquello se abrió un debate a nivel social, ahora debe ser igual".

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