“O campo quedará deserto”

Tras manifestarse en Xinzo de Limia el 25 de marzo, agricultores y ganaderos volvieron a ocupar las calles ayer al mediodía en Ourense. Otra vez, reiteraron sus exigencias, destinadas a los gobiernos autonómico y nacional, para que tomen medidas de urgencia con las que ayudar al sector primario en el contexto de inflación que estamos viviendo. Las razones para acudir a la capital de la provincia siguen siendo las mismas que tenían hace tres meses, aunque, esta vez, más acuciantes: las importantes subidas en el coste de los carburantes y, consecuentemente, el encarecimiento de las materias primas, la energía eléctrica y el transporte, todos elementos imprescindibles para la continuidad de las explotaciones agroganaderas. La comitiva, reunida frente a la Delegación de la Xunta, estaba compuesta de un centenar de manifestantes entre trabajadores, empresarios y familiares que viven del sector primario. Al ruido de dos cencerros, símbolos de la ganadería, los representantes de los convocantes dieron un paso adelante para presentar sus demandas a la prensa. Representando a Unións Agrarias, Carlos Basalo resume: “Damos un grito para que os políticos se poñan a traballar por defender un dos motores económicos desta provincia”. Desde los sindicatos piden al gobierno que el gobierno solucione la problemática antes de las vacaciones, ya que la situación no puede esperar hasta septiembre. “Cos custos do gasóleo e os insumos é totalmente imposible seguir coa colleita; vai haber que deixar produtos sen recoller”. Para terminar, es contundente: “Ourense vai quedar deserto como esta situación se manteña”. Desde Sindicato Labrego, Sonia Vidal ilustra el conflicto con sus circunstancias: “Teño unha gandeiría pequena, de 40 vacas, e estamos gastando uns 200 euros diarios de gasóleo, algo inasumible”. Según Vidal, la respuesta de la Consellería do Medio Rural no garantizaba medidas inmediatas “para poder solventar a produción do verán”. Por otra parte, señalan que esperan una respuesta del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación desde el mes de marzo, cuando solicitaron una solución a través de la Subdelegación del Gobierno. La comitiva se puso en marcha en dirección al parque de San Lázaro custodiada por efectivos de la Policía Nacional y la Local, así como de cuatro tractores, repartidos entre la cabeza y la cola de la manifestación. Descendiendo por la calle de La Habana, los vehículos de labranza y los asistentes no solo se hicieron notar con el despliegue, pues se ayudaron de las bocinas y los cláxones. Con este ruido, se visibilizaban así las exigencias de las diferentes organizaciones convocantes, representando mayoritariamente a la comarca de A Limia: Unións Agrarias, el Sindicato Labrego Galego, la Asociación de Produtores de Pataca da Limia, la Federación Rural Galega y la Asociación de Empresarios, Gandeiros e Agricultores da Limia. Los tractores acabaron por bloquear los tres carriles frente a la subdelegación, para disponer de espacio junto a las escalinatas de acceso al edificio administrativo. Noa Díaz y Luci Fernández, portavoces de los manifestantes, expusieron que el peso del sector bien justifica “a súa defensa como o eixo de futuro da economía”. A través de megafonía, Fernández señaló que el problema es una “cuestión de xustiza”: “A Xunta ten que garantir o cumprimento da ley da cadea alimentaria, temos dereito a non producir por debaixo dos custos de produción”. Cuando la concentración llegaba a su culminación, desde la Asociación de Produtores de Patacas advirtieron que, de no atenderse sus exigencias, darían “un pasiño máis alá” y que marcharían, en una “tractorada” de 300 vehículos, hasta Santiago e, incluso, que acudirían a Bruselas