OURENSE NO TEMPO

Campos de fútbol ourensanos

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photo_camera Estadio del Couto antes de la primera remodelación, cuando los vestuarios y el marcador estaban en el chalecito que se ve a la izquierda. Fotografía de Manoli Masid Méndez.

Algo tan trivial y aparentemente fácil de conocer, como debería de ser la ubicación de los campos de futbol en nuestra ciudad, os aseguro que me ha dado trabajo y algún quebradero de cabeza.

Algo tan trivial y aparentemente fácil de conocer, como debería de ser la ubicación de los campos de futbol en nuestra ciudad, os aseguro que me ha dado trabajo y algún quebradero de cabeza. Por fin creo que, al menos de los “oficiales”, se han resuelto las dudas.

No me atrevo a poner fecha a los inicios del “foot–ball”, en nuestra Auria, pero seguramente la moda que comenzó en el sur de España allá por el último cuarto del siglo XIX, no tardó demasiado tiempo en hacer furor en la ciudad. Seguramente de manera oficial hubiera que esperar a la última década del siglo, pero seguro que los “graxos da Burga”, ya se las arreglaban para correr detrás de una pelota de trapos por la alameda con anterioridad.

El primer campo conocido, fue el denominado de Aragón, en los terrenos del cuartel de San Francisco. Existen muchos comentarios que nos hablan de él con anterioridad, pero de manera documental yo lo situó en 1912. En ese año, el 7 de junio, se disputó la Copa del Liceo en el Campo de Aragón, según publicaba el programa de fiestas de la ciudad. No consta que tuviera gradas, y seguramente su formato era más “aproximado” que oficial. El equipo titular probablemente fuera el que de manera amateur (aunque jugaban como profesionales) se formaba con las fuerzas allí acuarteladas.

De manera ex profesa, creo no equivocarme al decir que el primer campo construido fue el Lonia (Loña), situado en las proximidades del actual cruce de la Lonia (según alguno de mis “viejos “ amigos en torno a donde después se hizo el hospital). El hecho de que poco tiempo después se inaugurara en las proximidades el llamado parque Bouzo (dedicado a bailes principalmente, pero capaz de albergar partidos por su tamaño), hace que muchos de mis informadores duden al situar estas “instalaciones deportivas”. El Loña fue el terreno del juego del primer equipo de la ciudad, y ya contaba con cierre de madera (en uno de los laterales al menos existía un muro de perpiaño) y alguna grada que permitía ver los encuentros con una cierta comodidad.

En este “estadio”, en 1924 se disputaron partidos de gran interés, como el que fue plato fuerte en las fiestas, que enfrentó al Orense F.C. con la selección portuguesa de Tras os Montes. Y el épico enfrentamiento entre el Orense F.C. y el equipo del Batallón de Cazadores, organizado con motivo de la jura de bandera de los quintos en abril de ese año.

Poco tiempo después, el deporte rey comenzó su traslado a una zona que ofrecía muchas posibilidades de desarrollo, el barrio del Couto. Es así como el 1º de abril del 28, se inaugura el campo del Burgas F.C. Estaba situado muy próximo al actual, pero en contra de lo que muchos piensan, no ocupaba el mismo espacio (hoy estaría paralelo a la calle Ervedelo, y encima estaría la última fase de viviendas de la caja de ahorros).

La aparición del actual campo del Couto, se produjo en el año 52, y en esta ocasión el equipo titular ya fue el C.D. Orense.

La afición de los ourensanos al futbol propició que además de la existencia de éstos, cualquier zona de la ciudad fuera susceptible de ser bautizada como campo de fútbol. Puedo confirmar por conocimiento personal, que la calle doctor Marañón en los setenta era escenario de gestas deportivas en las que los cristales de locales comerciales y espejos retrovisores de los coches aparcados corrían serio peligro. Pero al margen de multitud de campos improvisados, existieron otros más o menos oficiales. La trasera del Gobierno Militar (Subdelegación de Defensa en la calle del Paseo) se recuerda como el Campo de los Maristas, y algunos lo confunden con el campo que tuvo el actual colegio antes de que se abriera la calle Cabanillas. Salesianos continúa teniendo un excelente campo (hace poco remodelado); el campo del Seminario, de triste recuerdo por el desgraciado accidente que acabó la vida con el amigo y compañero Lito. El campo de Oira, el Pabellón, etc.

También existieron otros que sin ser totalmente oficiales, permitían la proliferación de equipos: el Casablanca, en la zona de la Carballeira; el patio de manzana entre Habana, Curros Enríquez y Circunvalación (Sáenz Díez); la pista central del Posío, que también fue escenario de partidos de hockey y baloncesto; el campito del Couto, al lado del actual estadio; las traseras de Progreso, en lo que hoy es Doctor Fleming; la alameda, las Burgas y unos cuantos más que ahora no me vienen a la memoria.

¡Anda!, me olvidaba de mi etapa futbolera, cuando con el mítico Carrera entrenábamos en la urbanización de las Lagunas. Otro día seguiremos con el balón.

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