El Juzgado de lo Penal 1 de Ourense sentó ayer en el banquillo de los acusados a Marcos L. U. por un presunto delito de coacciones a su expareja con el objetivo de retenerla en casa. Los hechos investigados datan del pasado 8 de septiembre.
La víctima tuvo que declarar como testigo, ya que en un principio se personó como acusación particular, a la que luego renunció. “Estaba dormida y oí unos gritos porque mi pareja estaba discutiendo con su madre. Me asusté, llamé a mi primo y le dije que me tenía secuestrada. La puerta estaba abierta, pero me sentía acorralada”, declaró la mujer.
Pese a que la víctima justificó este comportamiento porque sufre “ansiedad generalizada y no había tomado su medicación”, la fiscal hizo constar los mensajes de wasap que le envió a su primo que decían: “El chico está en la droga. Estoy secuestrada en su casa”.
El enjuiciado negó todos los hechos y aseguró que aquel día discutió con su madre por un asunto de drogas. “No la tenía retenida. Cuando vino la Policía, salió por la puerta y tenía dos móviles con ella. Ella tiene ansiedad y se ahoga en un vaso de agua”, se defendió el denunciado.
La Fiscalía pide una condena de seis meses de prisión o 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad, la privación del derecho de tenencia de armas durante un año y tres meses, y la prohibición de acercamiento y comunicación con la perjudicada de un año y seis meses. La causa quedó vista para sentencia.