Falta de presupuestos y problemas administrativos limitan a solo dos las licitaciones de Ourense, cuando en Vigo hubo 40
El desbarajuste económico y administrativo que vive el Concello de Ourense por la falta de unos presupuestos actualizados, al seguir con las cuentas prorrogadas desde 2014, y las dificultades para desbloquear las modificaciones de crédito necesarias para acometer inversiones, cuya aprobación definitiva llegó esta misma semana, a solo 18 días del cierre del ejercicio, ha supuesto que Ourense haya "perdido" un año entero para la obra pública mientras, a diferentes ritmos, el resto de ciudades gallegas sí hayan ido dando pasos para desbloquear inversiones y acometer así proyectos de mejora y conservación en beneficio de sus vecinos.
Según los datos recopilados en los perfiles de contratación de cada una de las urbes gallegas, Ourense se sitúa a la cola de todas ellas, ya que únicamente ha podido sacar a concurso dos actuaciones, que siguen además en fase de tramitación administrativa, por lo que no comenzarán hasta la primera mitad de 2019.
El volumen de estos proyectos asciende a algo menos de 5,6 millones, de los que la principal parte corresponde a la rehabilitación de la Plaza de Abastos número 1, que tiene un presupuesto de 5,5 millones, por lo que es la única de envergadura, aunque es un proyecto que acumula ya importantes retrasos.
Mientras, la segunda actuación consiste en la construcción de 168 nuevos osarios y columbarios en el cementerio de Santa Mariña, que costará unos 65.000 euros.
Comparativa
Aunque el volumen económico total licitado por el Concello de Ourense es superior al de otras urbes como Lugo o Ferrol, donde sus respectivos gobiernos tampoco gozan de mayoría en el pleno, estos sí han sido capaces de dar luz verde a sus presupuestos, lo que les permitió desbloquear a partir de junio la obra pública, lo que supone que en la ciudad de la Muralla estén en marcha o ya ejecutándose un total de 23 proyectos repartidos por el municipio, que suman un importe de 3,8 millones, mientras que en Ferrol han sacado a concurso en el presente ejercicio 10 proyectos, con una inversión que ronda los cinco millones.
La situación de Ourense tiene una antítesis a apenas 100 kilómetros, en la primera ciudad de Galicia. En todo este año, el Concello de Vigo, gobernado por el socialista Abel Caballero, ha "movido" hasta cerca de 40 millones en obra pública, que se reparten entre un total de 40 actuaciones, principalmente destinadas a su "política de humanizaciones".
Un poquito más al norte, en Pontevedra, el BNG de Miguel Anxo Fernández Lores también ha activado la maquinaria administrativa para ejecutar hasta 17 proyectos, con un volumen presupuestario que supera los 24 millones, lo que sitúa a la ciudad del Lérez por detrás de Vigo.
Los gobiernos de las mareas también se sitúan por encima de Ourense. Así, en Santiago, su plataforma de contratación pública recoge un total de 16 licitaciones durante el presente ejercicio, con una inversión de unos 5,5 millones, una cantidad ligeramente inferior a los 7 millones de A Coruña, donde el gobierno de Xulio Ferreiro ha desempolvado una veintena de actuaciones durante los últimos meses.
Realidades
Durante el presente año, dada la imposibilidad de acometer nuevas inversiones impulsadas en solitario, el gobierno municipal de Ourense ha fiado la mejora de la ciudad a diferentes acuerdos con otras administraciones, especialmente la Xunta, que tiene en marcha la reforma de viales como la avenida Otero Pedrayo o la carretera de Seixalbo, pero que también ha concluido nuevos equipamientos como el albergue de peregrinos.
En lo que respecta a la actividad municipal, se han acometido obras que se "salvaron" antes del cierre del ejercicio de 2017, entre las que se incluyen la rehabilitación de la Alameda do Cruceiro para contar con el primer parque inclusivo de Galicia o la mejora de viales de la ciudad, como las rúas Antolín Losada Torvisco o Vasco Díaz Tanco, por ejemplo.
