La clase del Mestre Vide de Ourense, en la sala de vistas

A veces, las mejores lecciones no se aprenden en el colegio. Los alumnos de 6º de Educación Primaria del CEIP Mestre Vide de la ciudad vivieron ayer una mañana muy distinta de las habituales, ya que la clase se trasladó a los juzgados. A primera hora, en el camino al edificio judicial, el director del centro, Juan Manuel Regal, reconocía la ilusión de los estudiantes: “Veñen contentos, xa saben que imos ver un xuízo e que vai sobre acoso escolar”. Ya en los pasillos, los alumnos esperaban, con nervios y emoción, el inicio de la vista. “Es interesante porque es algo real que tenemos que saber y aprender”, comentaban Carla Bértalo y Ayla Barneche, dos de las estudiantes. No sabían que se trataba de un juicio simulado, aunque la historia era muy real. Una vez en la sala, se hizo el silencio. El medio centenar de niños escuchó atentamente el testimonio de la madre de la víctima, María, a la que dos de sus compañeros acosaron durante más de un año. La mujer relató las vejaciones que su hija sufría en el instituto, así como las agresiones físicas -una de ellas, un golpe con una barra de hierro-. La jueza, Vanesa García de Paz, llamó también a testificar a las madres de Alfonso y Begoña, los dos supuestos acosadores. La primera reconoció la conducta delictiva de su hijo, pero la segunda intentó exculparlos. “Esto son chiquilladas”, aseguró. Entre los alumnos, caras de sorpresa y murmullos -”¿Cómo dice que son chiquilladas, si le pegaron con una barra de hierro?”, comentó alguno-. Los dos abogados de los denunciados, así como la fiscal y un médico forense del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga), también participaron en la vista. La magistrada, una vez escuchadas todas las intervenciones, y antes de dictar sentencia, quiso conocer el veredicto del público: “¿Qué diríais vosotros, son culpables?”. Entre la audiencia, los menos tímidos dieron su firme opinión: “Sí, claro que son culpables”. Finalmente, García de Paz les explicó que el juicio era una simulación, pero no así las graves consecuencias del acoso, penales para los perpetradores y físicas y psíquicas para las víctimas. “Yo creía que eran culpables, y me pareció muy injusto para María, no creo que mintiese en algo así”, comentaba Fabio Rodríguez al salir de la vista. Programa educativo Al terminar el juicio, los alumnos pudieron preguntar dudas a la magistrada, así como a los abogados y a la fiscal, sobre el funcionamiento de los juzgados o las consecuencias para los menores de cometer delitos. Después, pudieron conocer las instalaciones de los juzgados, de mano de sus trabajadores. La actividad, organizada por la Comisión de Igualdad del Colexio de Avogacía de Ourense, en colaboración con el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), forma parte del programa Educar en Xustiza. El objetivo de esta iniciativa es acercar la Justicia a los más pequeños.