Los ciudadanos tenemos derecho constitucionalmente a la vivienda, pero eso no deja de ser un propósito teórico porque el derecho verdadero es tener dinero para pagar la renta o la adquisición. El precio medio en Ourense llega ya casi a la mitad del Salario Mínimo Interprofesional.
Es decir, todo aquello que supone una mejora en las condiciones salariales queda en papel mojado cuando el coste de la vida sigue su carrera alcista. En una provincia como Ourense, con los sueldos más bien bajos, que el alquiler llegue a los 500 euros es una desproporción.
Una de las razones es la escasez de vivienda para alquilar porque apenas se construye y porque algunos propietarios no alquilan porque no tienen seguridad jurídica. De esto último deberían de dar cuenta las leyes del gobierno.
De lo primero, el Concello, incapaz de hacer una política de vivienda eficaz en colaboración con el resto de administraciones. Ya se sabe la prioridad del gobierno local: la fiesta. Está el Entroido ahí, felices todos. Es de lo que vivimos.
