De la pandemia también salieron reforzados los negocios de hostelería, sin duda el sector que pagó la factura más alta desde el punto de vista económico por las fuertes restricciones. Pero el dato es rotundo. Hoy los establecimientos en la provincia superan los 2.300, el mejor dato desde el año 2019.
A los empresarios les hemos escuchado cuando se lamentaban por la factura del covid en sus negocios y ahora que las cosas van mejor no todos lo reconocen, lo que forma parte del discurso empresarial, casi siempre reacio a reconocer que las cosas mejoran.
Ahora, en plena campaña de verano, los empresarios deben hacer frente a otro problema importante: la falta de trabajadores, un problema extensible a otras muchas actividades porque pese a que hay trabajo, la decisión de ponerse a ello es desigual.
Hay algunos sectores, como la construcción y la propia hostelería que tienen fama de ser muy exigentes para los trabajadores y que por algunas condiciones ya no están dispuestos a pasar. Si hubiese que hacer reparto de responsabilidades, deberían recaer en empleador y empleado. Unos por ciertas condiciones de trabajo, los otros por la poca disposición al tajo. Difícil disyuntiva.
