Hay buena salud financiera en Ourense. O, mejor dicho, a los bancos les va bien en la provincia. Los depósitos se aproximan a los 10.000 millones de euros, y subiendo, mientras que los créditos siguen a la baja, con unos 3.100 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España.
Está aceptada la condición de ahorradores de los ourensanos, como lo demuestran las cifras y la fe ciega en las entidades financieras, aun cuando los ahorros no suelen estar primados. También la forma de ahorrar revela cómo somos en Ourense.
La población envejece y tiende a ahorrar más porque gasta menos y porque tiene menos apetencias de inversión. Paralelamente, el crédito sigue bajando porque generalmente quienes se endeudan suelen ser los jóvenes, que se van en una gran mayoría, y las empresas, que tampoco demuestran una capacidad de innovación y riesgo importante en esta provincia.
Así las cosas, nueva gota malaya en la realidad económica y financiera ourensana: mucho dinero ahorrado, de lo que se beneficiarán hijos y nietos en las herencias. Y los bancos, por supuesto.