La liberación de agua en la presa de Velle anega paseos y termas situados en zona inundable

La crecida del Miño aumenta y cubrió las piscinas de Oira

Las piscinas de Oira, completamente inundadas por el río Miño. (Foto: JOSÉ PAZ)
Buena parte del ocio al aire libre de la ciudad permanece estos días bajo las aguas del Miño.
El caudal del río oscilaba ayer entre los cuatro y los cinco metros de nivel de agua, 'bastante por encima de lo habitual', según reconocían en Protección Civil, servicio que no pierde de vista la evolución de las aguas -que el fin de semana llegaron hasta los seis metros-. A la inundación en la que viven sumidas desde hace días las pozas públicas de A Chavasqueira y el Muíño da Veiga, así como O Tinteiro y la Playa de la Antena -por lo tanto, inutilizadas para usuarios de las termas y de las preciadas aguas mineromedicinales-, se unían las piscinas de Oira, que se encuentran también sumergidas bajo el agua.

Fuentes municipales aseguraban ayer que lo que ocurre con el nivel del Miño es 'lo normal, porque tanto las piscinas de Oira como las pozas fueron construidas en zona inundable'. Destacaban estas fuentes, no obstante, que 'lo que hace la administración es intentar minimizar el impacto de estas crecidas', explicando que a las piscinas se les retira al finalizar la temporada de baño el sistema de depuración o que, por ejemplo, 'en la última reforma del Muíño da Veiga ya se puso firme sólido de piedra para disminuir los daños' de las inundaciones que, año tras año, sufre la zona termal pública -las instalaciones de pago no se ven afectadas-.


EMBALSE

El estado del Miño en la ciudad se debe, principalmente, a la gran cantidad de agua que debe liberar el embalse de Velle, gestionado por Fenosa Gas Natural. A media tarde de ayer, el caudal de salida estaba en 1.200 metros cúbicos por segundo, más que el domingo pero menos que en días anteriores, cuando llegó a liberar los 1.600 metros cúbicos por segundo. Es este embalse el responsable de la anegación periódica de las termas y las piscinas.

Con todo, desde la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil se aseguraba que no había activada ninguna alerta por la crecida de los ríos de la provincia y que, al haber disminuido las precipitaciones, la situación tiende a normalizarse. Lo que sí apuntan los datos del organismo de cuenca es que los embalses de la provincia se encuentran al límite de su capacidad y son muchos los que superan el 90% de ocupación. Este es el caso del de Castrelo de Miño, Frieira, Chandrexa, Santo Estevo y San Pedro. Otros, sin embargo, se mantienen en torno al 80% de ocupación, como el de Velle, el de As Conchas y el de San Martiño, entre otras. La situación es muy diferente a la que se vivía hace un año por estas fechas, cuando muchos de los embalses de la provincia -con excepciones- se encontraban a la mitad de su capacidad o muy por debajo de los valores actuales. Velle, por ejemplo, estaba entonces al 77% de ocupación frente al 84% de la actualidad.

El pasado marzo fue uno de los más lluviosos -según la Agencia Estatal de Meteorología, el que más precipitaciones registró desde que se contabilizan los datos-. Sólo en la ciudad de Ourense, Meteogalicia contabiliza un total de 191,6 litros por metro cuadrado.

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