La Policía lo considera 'autor intelectual' del rapto, junto a otros dos arrestados y tres aún huidos

Detenido un empleado del secuestrado en Venezuela

Concepción Soto, hermana del emigrante secuestrado, en la panadería que regenta en Celanova (Foto: Miguel Ángel)
La Policía de Científica de Venezuela ha detenido a tres presuntos miembros de una banda a la que acusa de haber secuestrado al empresario ourensano Juan Soto Fernández, originario de Freás de Eiras (Ramirás) y residente en la localidad de El Junquito (a unos 20 kilómetros de Caracas), donde regenta un restaurante y una tienda de embutidos.
Entre los detenidos hay un hombre de 32 años, Omar Gabriel Contreras, que era empleado de la víctima y al que los investigadores consideran 'autor intelectual' del secuestro.

Además de los tres detenidos, la policía venezolana continuaba ayer a 'otros tres sujetos' relacionados con el caso, que podrían 'ser aprehendidos en las próximas horas', según notificó en la tarde de ayer Wilmer Flores Trosel, director del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC).

Juan José Soto, de 67 años fue raptado el pasado 4 de septiembre en la localidad donde reside por unos sujetos que, con 'armas de fuego y bajo amenaza de muerte', lo introdujeron a la fuerza en un vehículo que servía de taxi, y se lo llevaron ante los gritos de impotencia de su mujer, también ourensana. Según explicó la propia víctima, en el vehículo había tres personas y en el lugar en el que lo confinaron esperaban 'otras tres o cuatro más'.

Después de cinco días de cautiverio, los secuestradores lo liberaron en la madrugada del pasado viernes (a las 23.30 horas del jueves, según la hora venezolana), tras el pago de un rescate por parte de sus familiares.

Posteriormente, los agentes de seguridad venezolanos localizacon a los captores en una 'casa rural improvisada' en Filas de Mariche, una localidad del estado Miranda ubicada a unos 100 kilómetros de la capital.

Tras su liberación, el empresario explicaba a sus familiares que fue bien atendido por los captores, pues no sufrió maltratos físicos ni le faltó alimento, aunque sí recibió amenazas. La familia de Soto en Celanova recibó con gran alegría la noticia del fin del secuestro.

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