El estacionamiento, de concesión pública, opera sin permiso como soporte y expositor publicitario

El elevado coste del parking colapsa el entorno del CHUO

Publicidad al lado mismo de la zona de pago del parking. (Foto: P.G.)
Es un estacionamiento de concesión pública pero pasa por ser el más caro de la ciudad y, opera como vendedor de espacios publicitarios tanto en su interior como en las rampas de acceso.
El aparcamiento 'público' del Complexo Hospitalario de Ourense, una concesión de la Diputación (propietaria del terreno) a la empresa Copasa -aunque ahora lo gestiona el Grupo de Estacionamiento Ourensanos, que se ocupa de otros de la ciudad como el de la Alameda do Concello-, genera quejas continuas por el coste que supone el estacionamiento en sus plantas, cinco contando el piso superior, que iba a acoger una zona ajardinada pero donde al final se construyeron 168 plazas más de estacionamiento.

El coste de la primera hora alcanza los 1,75 euros -los primeros 10 minutos al precio de 0,05 euros por minuto, y los 50 restantes a 0,025 el minuto- y baja algo en las siguientes, pero la tarifa que paga habitualmente el usuario no baja de cuatro o cinco euros por jornada, por lo menos. Porque se trata de ciudadanos que acuden a consultas médicas o a Urgencias -y en ambos casos la saturación de los servicios obliga a aguardar varias horas hasta ser atendidos-, o bien a visitar o a cuidar enfermos, con lo que un mínimo de dos horas está siempre garantizado. La empresa gestora lo sabe y, aunque la Diputación le impidió en varias ocasiones subir el precio, éste es ya más alto que, por ejemplo, el que dirige en la Alameda. Tanto que los usuarios optan por recorrer calles adyacentes, que han acabado también por saturarse de coches, a fuerza de buscar un aparcamiento gratuito. Con todo, está siempre lleno. Ayer mismo, a las 12,00 horas, un empleado instaba a los usuarios a aparcar en la cuarta planta del sótano, al estar las demás completas.


PUBLICIDAD Y VENDING

Pero, además, este estacionamiento 'público' vende espacios publicitarios y sacrifica plazas de la planta principal para que se exhiban coches, previo pago, claro, de los concesionarios y sin permiso para ello.

Las escaleras de comunicación entre las plantas también exhiben anuncios luminosos de casas comerciales, en la entrada por la rampa principal se promocionan dos dentistas y un fisioterapeuta, y al lado mismo de la máquina donde se efectúan los pagos un gran panel, también luminoso, anuncia la compra de oro. No pierde tampoco la oportunidad de explotar comercialmente el espacio público con máquinas de vending expendedoras de diferentes productos.

Ofrece bonos mensuales de 90 euros, 42 si es quincenal, y los trabajadores hospitalarios tienen precios bonificados -un acuerdo entre la Diputación, el Sergas y la empresa cuando se construía- pero la empresa logró en 2009 que se le aumentase el período de concesión, de 48 a 50 años; aún lo gestionará mucho tiempo porque el parking abrió aún a mediados de los 90. El aumento del tiempo de concesión se aprobó a petición de la empresa, a la que se le había incrementado el canon que paga anualmente a la institución provincial -de 12.000 a 49.262 euros al año- cuando convirtió en estacionamiento el espacio verde de la planta en superficie. La concesión pagó también la pequeña glorieta de acceso al parking y pidió entonces aumentar los precios porque había reducido beneficios, aunque esta pretensión le fue denegada. Sí logró, sin embargo, que el Concello cerrase el aparcamiento gratuito anexo al CHUO, que usaban diariamente unas 300 personas. Lo había abierto el propio Complexo en terrenos en desuso pero carecía de licencia.

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