EN CLAVE

Empacho popular

Queda para tesis doctoral analizar por qué el PP arrasa siempre en Ourense. El partido sigue instalado en su propio éxito gracias a su mérito y a la infinidad de deméritos ajenos. Una vez más.

LUNES, 27: Culpa de todos o de ninguno, a saber

Los periodistas somos víctimas de unas prisas que nadie nos mete. A las ocho de la tarde del domingo, con unos delirantes sondeos a pie de urna que daban por hecho lo que no paso, un ejército de opinadores hacía cábalas de gobierno con un resultado que no se había dado. Algunos políticos también son víctimas de unas urgencias que solo detectan ellos. Con las mismas encuestas y sin un solo voto escrutado Pablo Iglesias llamó a Pedro Sánchez para decirle tenemos que hablar.

Quien habló fue el votante (ciudadano ya significa otra cosa desde la marca de Rivera) y puso a periodistas y políticos en su sitio. Les ahorro el análisis del resultado nacional y de las consecuencias de unas votaciones que han dejado un Congreso de los Diputados perdido de partidos. No se apaga el eco del respaldo del PP en Ourense, que tendría que ser objeto de un análisis más científico que el de una simple columna, pero algunos datos dejan a cualquiera boquiabierto. De cuatro diputados, consiguió tres; de cada cien votos, consiguió casi 50; de 92 concellos, ganó en 87; de 142 mesas de votaciones en la ciudad fue la primera fuerza en 135. Quedan otros datos sin señalar, pero los citados ya son reveladores como para arquear las cejas.

Sin restar un ápice de importancia a lo conseguido por los populares, ¿realmente tiene tanto embrujo el candidato a presidente de Gobierno? ¿Cautiva tanto el trabajo de los populares en la provincia? ¿Son los candidatos por Ourense seductores líderes que nos ciegan con su halo de luz? ¿Contenía el programa  que nadie leyó propuestas tan determinantes que allá fue todo el mundo a refrendarlas con  su sufragio? Lo sé, los votos no se miden por estos parámetros, o no solo por estos parámetros. Intervienen muchos otros factores, prolijos de enumerar como se citaba antes. Entre ellos, también un PSOE frío, sin empuje, sin líder y que se justifica en sus luchas internas más que en su discurso integrador y de ilusión. Pero también una formación como En Marea, crédula de que su sola presencia y el cabreo social son suficientes para situarle en las instituciones. Pero también que un BNG espectral sigue pisando más el acelerador para ir a peor. Incluso también a una formación como Ciudadanos que en Ourense solo ganaría algo si no hablasen sus candidatos, incluso ni siquiera saliesen en fotos. Quizá todos o algunos de estos factores influyen en el resultado, pero aún así lo del PP es para nota. Las victorias y las derrotas suelen ser una mezcla de méritos propios y deméritos ajenos. Es la tormenta perfecta, pero en todo caso, parafraseando al gran parlamentario gallego ya fallecido, Manuel Iglesias Corral, la mejor explicación de lo ocurrido es decir sencillamente "aquí pasou o que pasou".
 

MARTES, 28: Estarían en el olvido de no ser por el juez

El juez ordena abrir juicio por las asistencias técnicas y el fiscal acusa a seis cargos del PSOE y del BNG del bipartito, incluyendo al exalcalde, Francisco Rodríguez.   Título y subtítulo de una información del martes en el periódico. De la anterior corporación ya nos hubiésemos olvidado si no fuese por causas judiciales pendientes. Si miramos atrás poco ha quedado, salvo desfiles varios ante la Justicia. Por cierto, no todos con sentencias condenatorias, la verdad sea dicha. 
 

MIÉRCOLES, 29: Los sueldos de las alcaldesas

Ser alcaldesa resulta caro", se lamentó la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, con la naturalidad de quien cuela una afirmación que no nos creemos. Lo dice un año quien ganan 101.000 euros brutos anuales. Nadie debe trabajar gratis, ni siquiera los periodistas, mucho menos nuestros legítimos representantes en las instituciones. Del rey abajo cada uno vive de su trabajo, dice el refrán.

Esta semana la alcaldesa de Rairiz de Veiga (1.430 habitantes), Josefa Aunción Morgade, se asignó un sueldo de 24.000 euros brutos anuales. Dedicará 25 horas semanales al Concello. Tiene todo el derecho del mundo, como la señora Carmena, a decir que "ser alcaldesa resulta caro", pero lo que chirría es que el Concello de Rairiz de Veiga invertirá este año tanto como cobra quien preside el Concello. Lo peor no es que tenga la nómina que tiene, lo peor es que todavía nos creemos que son necesarios concellos que pocos más réditos dan a sus ciudadanos que pagar a sus alcaldes. Eso sí resulta caro.
 

JUEVES, 30: El vino, como los buenos perfumistas

O Ribeiro es como un microcosmos lleno de decenas de esencias. En la denominación de origen conviven un sinfín de personalidades vinícolas, incapaces de conquistar los mercados por su volumen, pero trabajados con el mimo de un maestro perfumista. Decía Coco Chanel que el perfume anuncia la llegada de una mujer y prolonga su marcha. En O Ribeiro están haciendo vinos muy interesantes, como también procura hacerlo bien la denominación de origen. Como los perfumes de Chanel, anuncian la llegada de mejores momentos y prolongarán esa etapa feliz. Esta semana se entregaron los premios a varios profesionales del sector. Felicidades a todos. Como dice el aserto, no puedes comprar la felicidad, pero sí vino y compartirlo, que es lo mismo. 

VIERNES, 1: Un despido y una decisión política

Una sentencia valida un despido de una trabajadora del matadero que fue grabada mientras copiaba documentos internos que, sospechosamente, fueron a parar al grupo Ourense en Común, que utilizó políticamente un caso que quedó sin recorrido y que el juez salda con una sentencia donde pone de verano a la despedida. Ella pagó su deslealtad a la empresa con su empleo. ¿Y el grupo político? Solo hizo política.

SÁBADO, 2: Lo chocante de las cifras públicas

Dice el Instituto Nacional de Estadística que la emigración juvenil se duplicó en Ourense el 2015. Dice el Servicio Público de Empleo Estatal que la emigración en búsqueda de empleo se mitigó. Vaya trajín el de los observatorios públicos, un hijo en la puerta con la maleta y no sabemos si viene o se va. n

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