Los empresarios, divididos ante las medidas de ahorro

Imagen panorámica de la ciudad (ÓSCAR PINAL).
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Los hosteleros temen que las limitaciones de temperaturas acaben por reducir su clientela

Los negocios de los diferentes sectores que conforman la red económica de Ourense presentan opiniones dispares acerca de las medidas de limitación de uso que se aprobaron ayer en el Consejo de Ministros: aires acondicionados a mínimos de 27 grados centígrados en verano, y calefacciones a máximos de 19 en invierno.

La hostelería es el gremio que observa la iniciativa de ahorro energético del gobierno con mayor preocupación, ya que la piedra angular de su negocio está en procurar el bienestar y la comodidad del cliente.

En el Casco Histórico, la gerencia del Hotel Novo Cándido no tendría inconveniente en aplicar la normativa, pero ve un exceso de celo en la actitud del Gobierno: “El límite veraniego de  27 grados es quizás algo alto, mientras que unos 19 en invierno serían demasiado fríos; supondrían un problema para los clientes”. 

El factor de la temperatura es clave para estos alojamientos, como se demostró durante la última ola de calor: “Tuvimos muchas cancelaciones a mediados de julio y, con estas limitaciones, a lo mejor el calor disuade a los turistas de visitarnos”.

La dirección del  hotel tiene un criterio diferente: “Sería más o menos lógico establecer una temperatura de 25 grados, y en invierno, entre 21 y 22”. Aprueban el objetivo a largo plazo de las medidas, pero con matices: “Es muy buena idea pretender ahorrar energía, pero lucharemos por la clientela, que no aceptará tan fácilmente”.

Por el contrario, el gerente del restaurante Atarazana, José Antonio González, no ve “maior problema” en cumplir con un rango limitado de temperatura. En el interior del local no suelen encender aparatos eléctricos para alterar la temperatura: “Normalmente, en inverno estamos entre os 19 e os 20 graos, e no verán adoitamos quedar nos 25”. 

González tiene que reflexionar un poco para sacar pegas al ambiente de su negocio: “Pode haber un problema no abrir e pechar constante da porta da cociña, de onde escapa unha calor bestial”. En un día de lleno total, admite que se podría alcanzar “un pico de 30 graos” y que sería muy extraño que una tapería como la suya lograse bajar de los 27.

Comercio

Representando a la Plaza de Abastos, su presidente, Emilio González, “Las temperaturas que marca el Gobierno son las que ya tenemos en nuestro emplazamiento provisional. Aunque, tiene sus reservas: “No nos gustaría que se viese afectada ninguna empresa, como tampoco nuestros clientes”.

El presidente de la Plaza de Abastos afirma que los comerciantes están dispuestos a ofrecer “un pequeño sacrificio”, siempre y cuando contribuya al bien común: “Si podemos ayudar a que el país siga adelante y que la industria tenga más recursos, que así sea”. Desde el punto de vista de González, la necesidad prima por encima de la comodidad: “No seré yo quien le ponga erizos debajo de los pies a esta iniciativa”.

Por el contrario, Luis Rivera, presidente del Centro Comercial Aberto, está menos acorde con las “imposiciones” y confiesa tener “sentimientos encontrados”. Opina que una medida como esta supondrá un “pequeño parche” en el problema del gasto de excesivo de energía “Puntos de venta online, como la plataforma logística de Amazon, necesitan consumir mucha más energía que los comercios locales de proximidad”.

Rivera no ve coherente establecer una norma genérica: “Quieren aplicar unas medidas globales a una realidad local muy concreta”. Concluye que una regulación como esta no afectará demasiado al pequeño comerciante: “Nos parece una tomadura de pelo porque estamos más que concienciados con la ecología”.

El director de marketing del centro comercial Ponte Vella, Óscar Sánchez asegura que cumplirán con cualquier normativa, pero espera que se tengan en cuenta “las características de nuestra ciudad en cuanto al clima”.

Sánchez apunta que han estado modernizando las instalaciones para rebajar el consumo energético: “Nuestra infraestructura de climatización es bastante reciente lo que nos permite optimizar el gasto energético y mantener unas condiciones óptimas “.

Farmacias

Las boticas como la de María Jesús Lorenzo, frente a la Alameda, no se ven afectadas por las limitaciones, ya que estos establecimientos sanitarios precisan ventilarse y activar el aire acondicionado o la estufa sería un gesto inútil. Lorenzo está de acuerdo con el plan del Gobierno, porque “hay comercios en los que hay que entrar vestida de esquimal”.

Las cifras

No menos de 27 grados
Esta es la temperatura a la que se limitará la potencia de los aires acondicionados.  

No más de 19 grados
Este será el abrigo máximo que podrán emitir calefactores.

Hasta las 22,00 horas
Los locales tendrán que apagar luces de escaparates y de exterior a las 22,00 horas. Además, deberán tener un sistema de cerrado de puertas desde el 30 de septiembre.

Hasta 2023
Estas medidas estarán vigentes hasta el primer día de noviembre del año próximo.

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