Crónica

“Estamos perdidos de la mano de Dios"

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photo_camera Rubén y Milucho, segundo y tercero por la izquierda, ayer en A Costa.

Una familia en Cudeiro fue evacuada de su casa, rodeada por el fuego, que amenazó varios núcleos de la zona entre A Costa y Sartédigos, donde los vecinos fueron la primera defensa

A Costa es el punto más alto del concello de Ourense, al menos, entre los habitados. Pero de esa circunstancia -de que allí vive gente- parecen haberse olvidado los encargados de llevar el agua (potable), de cuidar que los montes, también allí, dispongan de cortafuegos, de que las casas, que las hay, cuenten con más accesos que el empedrado Camino Real. "Estamos perdidos de la mano de Dios", dice Rubén, sacho en mano, en una finca bajo la Ermita que han conseguido salvar del fuego. No como la viña, alguna tierra de pastos, sus montes, por allí todos privados, pero casi todos abandonados y ayer quemados. 


"Tardamos cinco minutos en baixar, pero tivemos que escapar do lume porque viña moito fume", explica el padre, Milucho, con su batelume. "Acabo de queixarme ao alcalde. Non pode ser que a única fonte do pobo non teña auga potable, eu mesmo fago de aguador dos peregrinos. E cando ven o lume, de bombeiro".
El alcalde estuvo por allí, por donde arde un año sí, un año también. Los incendios están llenos de viejos conocidos. Luis, 77 años, no recuerda la fecha, pero sí los cristales rotos de la fachada sur de la casa, la de las vistas a la ciudad. "Aquela vez no estaba limpa a finca do lado e houbo chamas altas. As ventás non resistiron".

Ayer, Luis y su mujer, Julia, 72 años, fueron evacuados de la casa. "Estabamos vendo a tele, e escoitamos os avión, pero como outras veces... Eu íame preparar para ir a un cabo de ano, e cando me asomei a ventá vin o lume xa aí mesmo", cuenta la mujer. "Fun eu quen din aviso", explica él, "logo veu unha patrulla da Policía Local e díxonos que tiñamos que saír. Na outra casa, a de diante, non vive ninguén". Esperaron en la carretera, junto al puente, cerca del Camiño de Lampaza, a la entrada de Cudeiro. 


La casa se la salvaron los bomberos de Ourense, los de Cartelle, dos motobombas. Allí mismo, en la OU-150 entre Valdorregueiro y Cudeiro, está uno de los puntos de agua donde repostaban ayer las cisternas. Arriba y abajo de la carretera, cortada entre las dos localidades, iban y venían coches patrulla de la Policía Local, los bomberos, los agentes del Seaga como Manuel, el viernes en la protesta en Compostela, ayer en el tajo. "Estuvimos rápidos aí arriba", cuenta mientras hace un descanso camino de A Costa.

Arriba, Milucho, su hijo Rubén y un puñado de vecinos, la primera línea de defensa en un lugar mal defendido, cuentan entre el zumbido de los helicópteros que los equipos de extinción no llegaron a tiempo para salvar la viña, ni los prados, que cuando vieron las llamas allá abajo, junto al Camiño de Lampaza, se vistieron  rápido. Y cuentan también que mientras la madre y la abuela refrescaban la finca junto a la casa más alta, Rubén y un brigadista se dieron cuenta de que el humo era demasiado para los dos niños de la casa y los sacaron de allí sin pararse a avisar a las mujeres.  

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