Un trágico suceso dejaba este lunes en silencio a la guardería Escola Infantil Arlequín en la calle Saínza de la ciudad. Un pequeño de 18 meses fallecía súbitamente en las instalaciones, según la Policía Nacional, sin que se pudiese hacer nada para salvar su vida. Eran cerca de la una del mediodía.
Poco más tarde, un médico forense confirmaba la muerte del niño. Desde la Policía Nacional afirman que no se halló negligencia por parte de los cuidadores del centro. Ahora el caso está en vía judicial. El resultado inicial de la autopsia muestra que la muerte fue natural y por causa desconocida. Sin embargo, habrá que esperar al informe definitivo, en el que se incluyen los resultados tóxicológicos.
Durante el dispositivo, la consternación se extendió por la calle y llamó la atención de los numerosos vecinos que se encontraron a su paso con el dispositivo policial y el servicio de ambulancia y empatizaron ante la situación de la familia, con la que colaboraron los agentes para ayudarles en lo que fuera necesario. Mientras, a solo unos metros, junto a la puerta trasera del centro infantil, un grupo de niños jugaba como cualquier otro día, al no ser conscientes del suceso.
La medicina ha establecido al síndrome de muerte súbita infantil como el que afecta a lactantes menores de un año, normalmente de dos a seis meses, con una incidencia media que oscila, dependiendo del país, en torno a un niño afectado por cada mil. No hay una única causa que explique su aparición, al manifestarse sin patologías previas. Los expertos se refieren a factores de tipo genético, ambiental e infeccioso que incrementarían su riesgo, y recomiendan, ya que se producen durante el sueño, seguir pautas preventivas como que el niño duerma boca arriba o de lado
