Es santo y seña de Celanova, en torno al que ha girado la vida de la villa a lo largo de siglos. Fue monasterio, pero el conjunto arquitectónico alberga hoy el Concello, el Instituto de enseñanza media, el Centro Social y la iglesia parroquial, co

El faro que guía la vida celanovense

El monasterio de San Salvador es la referencia por antonomasia en Celanova. Desde que San Rosendo mandó levantar el primitivo allá por el siglo X, se ha constituido en el elemento sobre el que pivota la vida de los celanoveses. La espectacularidad y belleza de su construcción hacen sentirse orgullosos a los naturales y cautiva a los visitantes. Dice Ferrín que se trata del monasterio más civilizado de Galicia, en tanto que es el que más gente -civilización- recibe y el que más uso público tiene.
El conjunto ha sido declarado monumento histórico-artístico en 1931 y dos años más tarde, la capilla mozárabe de San Miguel. Fue construido a partir del año 936 y renovado en torno a 1600. Hasta el año 1835 estuvo ocupado por los benedictinos, que se vieron obligados a abandonarlo como consecuencia de la desamortización de Mendizábal.

Un tiempo después fue el Concello el que pasó a hacerse dueño del cenobio y la iglesia quedó convertida en templo parroquial. En 1869, el ayuntamiento instaló allí las oficinas municipales y cedió otra parte a los escolapios, que estuvieron allí hasta 1929.; luego vinieron los salesianos y en los sesenta fue la Ciudad de los Muchachos la que usufructuó ese espacio, en tanto que a mediados de los setenta comenzó a funcionar el instituto de formación profesional, que luego conviviría con el de enseñanza media, antes de caminar por separado. Finalmente, volvieron a fusionarse, que es la situación actual.

En 1936, el franquismo lo utilizó como mazmorra, confinando allí a los desafectos al régimen, si bien no fue convertido oficialmente en prisión hasta 1938, manteniéndose su uso hasta 1943. Seguramente se trata de la época más negra del complejo, del que existen relatos espeluznantes de los confinados entre sus frías paredes.

Contrariamente a lo que suele ser habitual en este tipo de construcciones, el monasterio de San Salvador es un sitio lleno de vida, pues además de las instituciones y entes ya mencionados que tiene su sede allí, hay que añadir las visitas turísticas guiadas y las espontáneas.


VISITAS DIDÁCTICAS

El Concello dedica especial celo a estimular las visitas didácticas para centros educativos. Aprovecha el espectacular órgano de la iglesia, considerado una joya y al que la minuciosa restauración a la que fue sometido hace unos años, le ha devuelto todo su esplendor y calidad de sonido. Entre los ilustres que tuvieron la oportunidad de comprobar los resultados está el musicólogo y catedrático José López Calo. Reconocido por sus juicios rigurosos, el jesuita coruñés no escatimó elogios para el órgano celanovés.

Ayer mismo estuvieron allí alumnos de tres institutos de Ourense y Lugo. Vienen a través de un programa en el que asisten a una clase sobre el órgano, sus orígenes e interioridades. Corre a cargo de Marisol Mendive, virtuosa de este instrumento, del que imparte clases en el Conservatorio de Ourense, único en Galicia que oferta esta disciplina. En este impresionante instrumento han dado conciertos grandes figuras Entre los estudiantes, turistas, visitantes a la iglesia, usuarios del instituto, concello, centro social y aula de telecentro, 'situarán o número de persoas que se achegan ata eiquí cada ano entre 30.000 e 40.000' refiere Antonio Piñeiro, responsable municipal de cultura.

Puede decirse sin reparos que se trata de un verdadero centro multiusos, desde luego mucho más funcional que otros concebidos expresamente para estos menesteres. Su apertura permanente al público le permite acoger las actividades más variadas. Los mayores, por ejemplo, utilizan el claustro barroco para dar paseos a cubierto cuando llueve o el tiempo está desapacible. Son cuarenta metros por cada lado, así que echan cuenta de cuánto quieren andar y ya saben el número de vueltas que han de dar.

No es el único uso, pues allí se celebran conciertos a lo largo de la temporada de verano. El último de los sonados fue el ofrecido por Amancio Prada el pasado verano, que se une así a la pléyade de primeras figuras que actuaron en ese marco incomparable, como la compañía catalana Tricicle.

Con todo, el monasterio también ha sido fuente de controversia. Hace años que las autoridades municipales abogan por la reconversión de las instalaciones académicas en hotel monumento, buscando un nuevo emplazamiento para el instituto. La iniciativa ha generado contestación en algunos sectores y se ha incorporado a la diatriba política, que en estos momentos se encuentra en punto muerto en lo referido a este asunto. La frágil estabilidad del grupo de gobierno y las estrecheces económicas derivadas de la crisis, tienen que ver con todo ello.

En una consulta improvisada entre diez viandantes de la Plaza Mayor, seis se mostraron favorables a la reconversión del recinto en hotel; a otros dos les resulta indiferente lo que ocurra y los dos restantes se oponen con rotundidad a la iniciativa. Estos últimos aseveran que la encuesta no es representativa, ya que estiman que en la realidad, el grado de oposición es mucho mayor.

Consciente de la situación, el alcalde, José Luis Ferro, ha dejado a un lado esa batalla. Aún así, tiene claro que el monasterio de San Salvador constituye 'o centro neurálxico do pobo e a principal insignia da que dispomos para atraer o turismo', afirma, para añadir que 'temos que aproveitar todos os recursos para darlle máis vida a Celanova'.

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