El musicólogo vigués pero de raíces ourensanas Faustino Núñez, experto, además, en flamenco, impartirá desde hoy y hasta el próximo día 12, un curso para inculcar la apreciación musical en Ourense, titulado Viena, ciudad de la música.
¿Cómo surgió el curso? Viví 8 años en Viena, desde el 82 hasta el 90, donde cursé estudios de violonchelo y musicología. Llevo muchos años haciendo cursos, sobre todo sobre los grandes compositores que surgieron en esta ciudad. Explicaré a la gente por qué Viena es la ciudad de la música, pues se piensa que es sólo por los balses de Strauss, lo cual es incorrecto; Viena ha sido cuna de las grandes autoridades musicales.
Viena acogió a grandes músicos como Mahler, Wolf, Bruckner o Svhoenber. ¿Qué tiene de especial, pues? Que la música fue un signo de distinción para la nobleza vienesa. Desde hace muchos años, los nobles para poder distinguirse de los demás debían tener en su palacio una orquesta propia y un compositor destinado a crear obras para los eventos que se realizaran en el recinto. Esto propició que todos los músicos europeos quisieran ir a Viena para trabajar y estudiar. El hecho de que la nobleza austríaca apoyara la música propició, además, la creación de un público específico y conocedor, que a su vez dio origen a una escuela de música de primer orden.
¿Qué debería aprender musicalmente España de Austria? Lo que más destacaría de los austríacos es que formaron una industria mundial con las figuras de Mozart y Strauss. Lo mismo debe hacer España con el flamenco. España es una potencia musical de primer orden.
¿Es correcto el término ciudad de la música para Viena, si tomamos como ejemplo el bum musical que se vive en ciudades como Nueva York? Nueva York es la ciudad líder del cosmopolitismo musical y es un lugar con mucho dinero. Sin embargo, Viena es cuna de la música clásica y precursora de muchos otros movimientos actuales. Viena programa más de 30 conciertos diarios, tiene tres óperas, dos orquestas profesionales. Pocas ciudades pueden competir musicalmente.
¿Qué relevancia tiene la música flamenca en el mundo? El flamenco es nuestra música más internacional y quien lo niegue es que no está en el mundo. Yo he tocado en América con el músico gallego Carlos Núñez, considerado uno de los mejores gaiteros del mundo, y he visto como la gente se rinde a sus pies. Por otro lado, a la movida madrileña se le ha dado más cartel que a la música tradicional española. El flamenco ha sufrido mucho; de hecho, es una víctima del franquismo, pues la intelectualidad lo relaciona con épocas pasadas y eso no es así.
¿Cómo nace en un gallego la pasión por el flamenco? Cuando vivía en Viena me vi una situación difícil pues en esa ciudad das una patada y te salen 500 músicos, y con aquello de que en el país de los ciegos el astuto es el tuerto, me dio por cantar en público unas rumbitas y triunfé. Viví ocho años inter pretando flamenco. Si yo hubiera nacido en Helsinki entendería que fuera raro que me gustara el flamenco, pero siendo de Vigo tampoco quedamos tan lejos.
¿Qué destaca de la música popular gallega? Es una de las más ricas y variadas de España, por consiguiente del mundo; es una música muy mestizada también. La música celta se ha convertido en un sello de marketing. Hay que darle un impulso a la música gallega para darla a conocer en el mundo, pues tiene mucho futuro. Galicia debe profesionalizar la muñeira y la jota como lo hicieron los andaluces con el flamenco.
Viena acogió a grandes músicos como Mahler, Wolf, Bruckner o Svhoenber. ¿Qué tiene de especial, pues? Que la música fue un signo de distinción para la nobleza vienesa. Desde hace muchos años, los nobles para poder distinguirse de los demás debían tener en su palacio una orquesta propia y un compositor destinado a crear obras para los eventos que se realizaran en el recinto. Esto propició que todos los músicos europeos quisieran ir a Viena para trabajar y estudiar. El hecho de que la nobleza austríaca apoyara la música propició, además, la creación de un público específico y conocedor, que a su vez dio origen a una escuela de música de primer orden.
¿Qué debería aprender musicalmente España de Austria? Lo que más destacaría de los austríacos es que formaron una industria mundial con las figuras de Mozart y Strauss. Lo mismo debe hacer España con el flamenco. España es una potencia musical de primer orden.
¿Es correcto el término ciudad de la música para Viena, si tomamos como ejemplo el bum musical que se vive en ciudades como Nueva York? Nueva York es la ciudad líder del cosmopolitismo musical y es un lugar con mucho dinero. Sin embargo, Viena es cuna de la música clásica y precursora de muchos otros movimientos actuales. Viena programa más de 30 conciertos diarios, tiene tres óperas, dos orquestas profesionales. Pocas ciudades pueden competir musicalmente.
¿Qué relevancia tiene la música flamenca en el mundo? El flamenco es nuestra música más internacional y quien lo niegue es que no está en el mundo. Yo he tocado en América con el músico gallego Carlos Núñez, considerado uno de los mejores gaiteros del mundo, y he visto como la gente se rinde a sus pies. Por otro lado, a la movida madrileña se le ha dado más cartel que a la música tradicional española. El flamenco ha sufrido mucho; de hecho, es una víctima del franquismo, pues la intelectualidad lo relaciona con épocas pasadas y eso no es así.
¿Cómo nace en un gallego la pasión por el flamenco? Cuando vivía en Viena me vi una situación difícil pues en esa ciudad das una patada y te salen 500 músicos, y con aquello de que en el país de los ciegos el astuto es el tuerto, me dio por cantar en público unas rumbitas y triunfé. Viví ocho años inter pretando flamenco. Si yo hubiera nacido en Helsinki entendería que fuera raro que me gustara el flamenco, pero siendo de Vigo tampoco quedamos tan lejos.
¿Qué destaca de la música popular gallega? Es una de las más ricas y variadas de España, por consiguiente del mundo; es una música muy mestizada también. La música celta se ha convertido en un sello de marketing. Hay que darle un impulso a la música gallega para darla a conocer en el mundo, pues tiene mucho futuro. Galicia debe profesionalizar la muñeira y la jota como lo hicieron los andaluces con el flamenco.
