Fernando Serrulla es el único profesional al frente de la Unidad de Antropología Forense del Imelga, con sede en el Hospital de Verín
Aunque habla en plural, Fernando Serrulla es el único profesional al frente de la Unidad de Antropología Forense del Imelga, con sede en el Hospital de Verín. En un cuarto de la limpieza instaló en 2006 su despacho y su pasión por el análisis de restos óseos. A esta villa tranquila llegó con la experiencia laboral que la ciudad de San Sebastián le brindó en los años más duros de ETA. Preciso en el trabajo y en las palabras, es tajante. "¿Del cráneo hallado en Oímbra puede avanzar algún resultado? 'Prefiero que no. Está judicializado. No puedo hablar de ningún caso abierto, ni de este ni del de Diana".
¿Cuántos casos llevó en 2017?
Hemos registrado 20 casos.
Desciende respecto a otros años.
Sí. Hemos tenido un máximo de 50 y un mínimo de 20, ahora.
¿Por qué se cuenta con esta unidad antes que con otra?
El 95% de los médicos forenses de Galicia manda aquí los huesos. Que tenga constancia, en 2017 no han aparecido huesos que no me hayan mandado. El estudio de los huesos es algo a lo que no se dedica casi ningún forense, una materia muy específica. Llevo 30 años estudiando huesos. Cuando se constituyó el Imelga en el 2006, pedí al director que me dejara trabajar en esto. No pedía nada más. Poco a poco conseguí más medios.
¿Qué le interesó de los huesos?
Empecé a formarme con Paco Etxeberría en el País Vasco. Allí me implicó en el estudio de los huesos. Vine a Galicia y me hice un hueco. Me mandaban todos los restos óseos (señala un póster). Este es uno de mis primeros trabajos, el estudio del cráneo de Santiago el Menor, uno de los Apóstoles. Determinamos que tenía dos lesiones por un instrumento cortocontundente, seguramente una espada. Como este tuve muchos casos en Galicia.
El caso del farmacéutico Milia...
Esa es una autopsia convencional. Lo que sí hacemos, que es una novedad, es que podemos esqueletizar piezas de cadáveres frescos (muestra una pieza de un cráneo), y podemos determinar el instrumento causante de la lesión, el arma con el que se ha producido la lesión.
Dijo que el arma homicida no era ninguno de los cuchillos que halló la policía.
En la laringe hallamos una pequeña esquirla metálica que se correspondía con un instrumento de hierro. Los cuchillos que la policía había obtenido eran de acero. El arma no podía ser la misma, además de que eran cuchillos de sierra. El arma que mató al farmacéutico era un arma muy afilada . Lo que informé en el juicio fue que realmente me parecía que no era compatible, pero no es una aseveración al 100%. Lo hemos probado en otros casos (muestra las imágenes del descuartizamiento en Ponteareas en 2014). No sabíamos con qué estaban hechas las lesiones del cráneo, pero la esqueletización permitió identificar que se produjeron por la punta de una plancha.
¿Hasta qué último detalle revela el estudio de los huesos?
Depende. Hay casos que estudias todo y no dan nada y otros casos sin esperártelo sí. Hay un caso en el que hemos intervenido, que no puedo contar el detalle porque no se ha celebrado el juicio: el padre que mató a sus niñas en Caldas de Rei. En las vértebras encontramos un elemento parecido a este que nos va a permitir continuar. Esa es la investigación, en el 90% de los casos no se encuentra nada y en el 10% sí. El método es la esqueletización, que profundiza en la investigación en los casos de cadáveres frescos y en los casos como el de Diana Quer, en avanzado estado de descomposición, o sencillamente esqueletizados.
¿Emplean otras técnicas?
Estudiamos restos óseos de cadáveres en mal estado. No tenemos tecnología ni formación para hacer otro tipo de análisis.
Sí participan en proyectos de investigación.
Sí, en muchos. He participado en el proyecto de investigación de soldados de Malvinas. Estamos a punto de terminar el trabajo sobre la momia de Don Tello, un señor que vivió a finales del siglo XIV, hermanastro de Pedro I El Cruel. Estamos investigando su muerte y hemos encontrado algunas bacterias que quizá nos orienten a causa de la muerte para saber qué le pasó a este hombre.
“Esqueletización fetal", leo en una carpeta.
Este proyecto lo inicié hace muchos años. No tengo muchos casos, solo uno o dos al año. Las familias que pierden un feto por un aborto y no quieren hacerse cargo del cadáver, pueden donármelo a mí. Es un tema muy sensible que me costó mucho que aprobaran. Es un trabajo que solamente hizo un autor checo en los 70. Recogemos medidas y tenemos un patrón concreto de población española con datos clínicos de todo tipo: datos de la madre, del feto, de la autopsia...
¿Le llaman por casos sin resolver?
Solemos tenerlos cerrados. Pero por ejemplo, el del cura de Celanova, es un caso sin resolver. Está estudiado, pero si se pudiera abrir otra línea de investigación y hacer un estudio complementario, pudiera ser que me llamen. No lo sé.
¿El más complicado?
Creo que la muerte de una gitana que mató su marido en Verín. No acertamos en la primera autopsia porque fue muy complicado. Los casos de las asfixias son todos muy difíciles.
¿Más que el paso del tiempo en un cadáver?
Sí. De hecho, entre colegas nos preguntamos cuántos nos habrán colado. Yo trabajo con todo el rigor que puedo, pero en 30 años estoy seguro que algún caso me han colado.
¿Trabaja solo en la Unidad?
Sí. Lo compatibilizo con mi trabajo de forense en el juzgado de Verín y estoy volcado en mi último año de tesis doctoral.
¿A qué profesionales suele tener que acudir en sus casos?
Fundamentalmente a odontólogos. A veces recurres a un relojero o a un zapatero. Contacto a veces con compañeras del Museo del Traje , que saben el copón de telas. Hace cinco años, una chica apareció esqueletizada en la estación en Ourense. La identificamos por un llavero del supermercado Dia, que tenía un código de barras. Cada detalle aporta información. Hay que ser detallista.
