Les acusa de retener a la dueña, sus hijos y una empleada del hogar, así como de robo y allanamiento

El fiscal solicita 53 años de prisión para los dos procesados por el asalto a la joyería ’Cota’

Imagen de los policías que acudieron a la joyería después del atraco para investigar lo sucedido.
Veintiséis años y medio de prisión es la pena que solicita el Ministerio Fiscal para cada uno de los dos procesados por el atraco a la joyería ’Cota’ de la ciudad, ocurrido en junio de 2006. Les acusa de retener a la propietaria, sus dos hijos y una empleada de hogar, además del allanamiento de la vivienda y el robo. Considera que en el asalto participó otra persona, hermano de uno de los acusados, si bien ésta permanece en Argentina, pendiente de su extradición a España.
Aunque todavía no se ha fijado la fecha para enjuiciar el asalto a la joyería ’Cota’ de la ciudad, en junio de 2006, el fiscal ya ha calificado los hechos y establecido las penas que provisionalmente solicita para dos de los supuestos autores, en prisión preventiva por esta causa desde hace ya varios meses. Los argentinos Miguel Ángel G. y Fabián Darío G. se enfrentan a 26 años y medio de prisión (cada uno) por cuatro presuntos delitos de detención ilegal, uno de robo con violencia y uno más de allanamiento de morada.

El fiscal realiza en su calificación una descripción de como, según él, se desarrollaron los hechos. Relata que los dos acusados y el hermano de Miguel Ángel G. llegaron a Ourense el 27 de junio de 2006, tres días antes del asalto, ’con el único fin de cometer un acto delictivo’. Los dos hermanos llevaban entonces 17 días en España y tenían pensado marcharse del país el 5 de julio.

La acusación pública sostiene que Miguel Ángel G. y Fabián Darío G. inspeccionaron durante dos días tanto la zona en la que se halla la joyería (la confluencia de las calles Bedoya y Valle Inclán) como el propio establecimiento, vigilando también a su propietaria.

Amenazas

A la una y media del mediodía del 30 de junio de 2006 fue cuando se materializó el asalto. El fiscal asegura que los acusados y el hermano del primero se dirigieron a la vivienda de la dueña de la joyería, que está al lado del comercio. Según él, Fabián Darío G. se habría quedado en la calle vigilando mientras que los dos hermanos subieron a la vivienda, a sabiendas de que estaban en su interior la empleada del hogar y los dos hijos de la dueña de la joyería, de cinco y cuatro años, respectivamente. Una vez allí, llamaron a la puerta y uno de ellos se hizo pasar por repartidor de mercancía, mientras el otro se escondía.

Cuando la empleada abrió la puerta, Miguel Ángel G. supuestamente le dijo que traía un paquete para la dueña de la joyería. La mujer le contestó que lo dejara en el establecimiento, pero el hombre habría insistido en que tenía órdenes de dejarlo en el domicilio, pidiendo un bolígrafo para cubrir el justifican te de entrega. Al darse la vuelta la mujer, Miguel Ángel G. presuntamente se abalanzó sobre ella y le dio un puñetazo cuando comenzó a gritar. En ese momento, relata el fiscal, habría entrado el otro acusado, amenazando con una pistola a la empleada. A continuación, ambos atarían de pies y manos a la mujer y a los dos menores.

Al llegar la dueña de la joyería a su casa, se encontró la puerta abierta y la televisión muy alta. Nada más entrar, fue abordada por detrás por uno de los asaltantes, que la intimidaba con un arma mientras le preguntaba por la caja fuerte. Cuando se convencieron de que no había ninguna, uno de ellos habría bajado a la mujer a la joyería, amenazando con que su compañero mataría a uno de los niños si no hacía todo lo que le pedían.

En la joyería habrían persistido las amenazas hasta que el atra cador logró hacerse con joyas y dinero. Después, la mujer fue llevada al piso. La dejaron en una habitación junto a las otras tres personas. Se marcharon, no sin antes advertirles de que no llamaran a la Policía ni reconocieran a ninguno de ellos.

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