Evita volver al calabozo tirándose de una ventana del juzgado y acaba ingresado en el CHUO

El juzgado de guardia de la ciudad.
photo_camera El juzgado de guardia de la ciudad.

José Ramón Domínguez intentó fugarse del juzgado en la tarde del martes. Debía regresar a la comisaría y optó por subirse a una ventana y saltar al vacío. En el intento de huida se rompió el tendón de Aquiles, lo que le llevó al CHUO en vez de al calabozo

José Ramón Domínguez González, de 58 años, logró su objetivo de eludir el calabozo de la Comisaría de la Policía Nacional pero de una forma poco ortodoxa. Acabó ingresado en el hospital al saltar, en una especie de detenido a la fuga, desde la ventana del juzgado de guardia de la ciudad, ubicado en la planta baja. La caída al vacío le provocó la rotura del tendón de Aquiles, una lesión que requiere hospitalización porque precisa tratamiento quirúrgico y reposo.

La Policía Nacional puso a disposición del juez de guardia a José Ramón en la tarde de este martes, sobre las siete. Había sido detenido ese mismo día por el presunto atraco cometido a finales de septiembre en un portal de la avenida de Santiago, en el que la víctima, una vecina, fue intimidada con una navaja. Pero el supuesto atracador, utilizó un mecanismo con poco predicamento en Ourense, el habeas corpus, un procedimiento judicial extraordinario para valorar la legalidad de una detención.  Por esta razón, pasó a disposición judicial ante el juez de guardia de forma inmediata que, tras examinar el caso, desestimó el habeas corpus. Por esta razón, el detenido debía ser conducido de nuevo a los calabozos policiales a la espera de tomarle declaración -es optativo- y cumplimentar el atestado que después se eleva al juez, en este caso, en relación al robo con intimidación por el que fue investigado. Debía volver a la comisaría a pasar la noche para al día siguiente -ayer- regresar al juzgado para declarar sobre el hecho delictivo imputado, que le puede o no llevar a prisión provisional.

Pero lejos de acatar la resolución, mientras aguardaba el auto judicial, sin grilletes, en la oficina del juzgado de guardia, se subió a una mesa, ante el asombro de los presentes, y se arrojó por una de las ventanas, que está sin barrotes.  El traspié -la altura no es mucha-  hizo que su tobillo le dejase sin posibilidad de huida. Los policías que lo custodiaban rápidamente procedieron a una nueva detención y su traslado al CHUO.

Por el momento, no está previsto que pase a disposición judicial de nuevo ya que, según la Policía, no hay peligro de fuga.

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