El BNG hará una propuesta de apoyo para forzar al equipo socialista a sacar adelante unas cuentas propias para este año

El gobierno local desiste de un nuevo presupuesto y prorroga el de 2012

El anuncio del gobierno municipal de la ciudad de que opta por trabajar este año con el presupuesto prorrogado de 2012 en lugar de intentar aprobar unas nuevas cuentas, ha vuelto a 'incendiar' la Corporación.
La decisión la comunicó el concejal de Facenda, José Angel Vázquez Barquero, en una comparecencia en el Concello y después lo explicó a la oposición en la junta de área, justificándola en las restricciones de gasto fijadas en la ley estatal sobre estabilidad presupuestaria; una legislación de diciembre de 2012 pero cuyo impacto en el presupuesto de Ourense no lo conoció el gobierno local, aseguró, hasta el pasado 21 de junio, cuando lo advirtió el interventor en su informe sobre la liquidación de las cuentas del año pasado.

Ocurre que, según el dictamen del interventor, el presupuesto no puede superar los 95 millones de euros, en aras de ese techo máximo de gasto; de ahí la opción del prorrogado, que son 94,6 millones (no los 100,2 del ejercicio aprobado en 2012), porque las restricciones no se efectúan sobre el total de las cuentas, sino sobre los gastos no financieros. El borrador que quería aprobar para 2013 rondaba también los 100 millones.

El gobierno socialista llegó a redactar en estos seis meses dos borradores después de una difícil negociación dentro de su propio grupo; los remitió a la oposición hasta en tres ocasiones y el PP preparó una propuesta para negociar el apoyo, dada la situación de minoría del equipo gobernante. Antes, el BNG había sugerido sus propias condiciones. El propio alcalde, Agustín Fernández, y el concejal de Facenda repitieron hasta la saciedad que el borrador avanzaba, se presentaría a los grupos y se negociaría en el trámite de enmiendas. Hasta presentaron un plan de empleo el mes pasado con el remanente de tesorería logrado. Trabajo de seis meses perdido porque, según Barquero, hasta ese remanente puede sufrir cambios.

El PP reaccionó inmediatamente pidiendo la dimisión del alcalde 'reprobado' (pues lo fue en el pleno de junio), Agustín Fernández, y del propio concejal. Su portavoz, Rosendo Fernández, cree que 'mintieron' a los ciudadanos y que la medida demuestra que 'Ourense carece de gobierno'. 'Que vean los ciudadanos lo que hay, nosotros ya no sabemos qué hacer', lamentó.


ESTRATEGIAS

Fernández tiene clara la estrategia socialista, sostiene que prorrogar el presupuesto es un ardid del alcalde para evitar la cuestión de confianza que debe plantear si no consigue apoyo suficiente en pleno para las cuentas. Pero el BNG, que también arremetió ayer contra las palabras de Barquero, tiene otra teoría. Su portavoz, Xosé Somoza, piensa que el gobierno local no quiere arriesgarse a que en la comisión de pleno, la oposición dé la vuelta al borrador y en la sesión plenaria posterior se aprueben unas cuentas que no pueden controlar. Por eso, los nacionalistas comparecerán hoy para ofrecer una propuesta de acuerdo que permita al gobierno local volverse atrás y someter a aprobación un presupuesto propio para este año.

Ni PP ni BNG creen, como sostuvo Barquero, que el gobierno local sólo conoció el problema en junio pasado, y demandan responsabilidades -'quen manda no Concello?', se pregunta Somoza- que los socialistas no están dispuestos a asumir. 'No podíamos reaccionar antes', dice el edil de Hacienda, que descarta culpas en la gestión de este asunto, al tiempo que recuerda que Pontevedra, con un gobierno estable, también adoptó la misma decisión.

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