La competencia reducirá sobre un 25% el presupuesto de licitación
Las grandes constructoras de España se disputan una de las obras más jugosas de los últimos años en la provincia, el vial de conexión entre la A-52 y la N-525 para facilitar los desplazamientos al Polígono de San Cibrao, para el que la Xunta tiene reservados más de 21 millones.
Esa cantidad se reducirá, sin embargo, en alrededor del 25% una vez que se complete el proceso de adjudicación del contrato, en fase ahora de análisis de las ofertas presentadas, un total de 16, entre las que están nombres como los de Copasa, la mejor puntuada en el apartado técnico, FCC, Civis Globa, Acciona, Sacyr, Dragados o Ferrovial, entre otros, aunque muchas de ellas concurren al concurso agrupadas en una Unión Temporal de Empresas. Las propuestas económicas oscilan entre los 15,6 y los 16,1 millones.
La intención de la Xunta es comenzar la obra antes de verano, con un plazo de ejecución de 24 meses, por lo que si no surgen problemas podría entrar en funcionamiento a mediados de 2020. En su proyección presupuestaria, el Gobierno autonómico destina este ejercicio 4,7 millones y alrededor de seis en los dos siguientes.
La vía, de 4,5 kilómetros, recorrerá los municipios de Taboadela y San Cibrao, comenzando en el enlace de Gargantós, por lo que permitirá conectar con la A-52 y la AG-31.
