Era oriunda de Ramirás, de donde emigraron sus padres a principios de la década de los años cuarenta

Una hostelera ourensana muere en Buenos Aires, estrangulada por uno de sus inquilinos

Mónica Vázquez, una empresaria del sector de la hostelería natural de Ramirás pero afincada en Buenos Aires, apareció muerta en el pozo de una vivienda de su propiedad, en la capital argentina. Las investigaciones han revelado que fue asesinada por el inquilino del inmueble, después de discutir por desavenencias surgidas en el pago del alquiler. La víctima murió estrangulada tras recibir un fuerte golpe en la cabeza. El autor de su muerte, que intentó simular un secuestro para despistar a la policía, ya fue detenido.
Mónica Beatriz Vázquez, de 49 años, desapareció el lunes. Sus familiares pensaron que se trataba de un secuestro, puesto que recibieron una petición de rescate de 500.000 pesos (125.000 euros). El jueves, sin embargo, fueron informados de su muerte. Fuentes próximas a la familia en España recibieron la noticia por la llamada de una prima, residente en Argentina, poco después del macabro descubrimiento de su cadáver en el pozo de una vivienda en el barrio de Ciudadela de Buenos Aires, que la víctima tenía alquilada a otra persona.

La Policía argentina detuvo al inquilino Eduardo Becerra, acusado del asesinato. Los familiares de la víctima desconocían ayer con exactitud los motivos que llevaron a matarla: ’No sabemos nada. Todo lo que dicen es que era muy buena persona y que él le debía dinero del alquiler, por lo que seguramente, cuando fue a reclamarle la deuda y decirle que quería vender la casa, pasó algo que pudo desencadenar la tragedia’, aseguran, añadiendo que ’en un primer momento, y ante la falta de noticias de Mónica Vázquez, todos pensaron que era un secuestro y, además, porque la familia recibió una llamada exigiendo un rescate’, añaden.

Mónica Vázquez, de 49 años, vivía sola. La casa en que se crió con sus padres se la había alquilado a Becerra. Fuentes policiales confirmaron la hipótesis de que la discusión se originó por discrepancias sobre el alquiler del inmueble.

La confesión

Eduardo Becerra, de 67 años, y pastelero de profesión, habría mantenido una vida normal desde el asesinato, intentando engañar a la policía y a la familia simulando un secuestro de la mujer, por la que pidió un rescate de medio millón. El cerco policial y las visitas de los agentes a la casa, donde hablaron con el detenido a escasos metros del lugar donde se encontraba el cuerpo, llevaron a Eduardo Becerra a confesar su crimen mediante una carta que encontró una vecina. En la nota el hombre manifestaba que ’todo se había descontrolado’ y que ’no tenía intención de matarla’. También aseguraba que iba a quitarse la vida, algo que no hizo optando por comprar un billete de avión. La víctima que, según confirmó la autopsia, fue estrangulada después de recibir un fuerte golpe en la cabeza, era conocida en medios empresariales de la capital argentina, donde regentaba varios restaurantes. Siguió la profesión de su padre, originario del municipio ourensano de Ramirás, que regentaba un local de gran prestigio en la zona del puerto. ’Fue terrible saber lo que le ha pasado, era una mujer muy emprendedora y preparada con la que manteníamos una buena relación pese a que no venía a Galicia desde hace unos 15 años’, manifestaron fuentes cercanas a la familia.

Sus padres emigraron a Argentina a principios de la década de los años 40, dejando atrás todo lo que tenían en Ramirás, donde reside un tío de la empresaria, al que aún no le ha sido comunicada la trágica noticia.


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