En las inmediaciones de Ourense hay tres hoteles caninos distintos: Gardacan, en A Peroxa; Bichiños, en Coles y la Residencia O Castelo, en Esgos. Gardacan abrió este verano y entre los tres establecimientos, suman alrededor de 120 plazas para los más de 17.000 canes que viven en la ciudad. Con el verano a punto de adentrarse en el mes de agosto, están a rebosar.
Bichiños
La oferta de Yolanda Gómez es la más jugosa. “Son unas vacaciones para los dueños, pero para ellos también”, asegura. Los perros que se vayan a quedar en Bichiños pasan por “un período de adaptación gratuito” que consiste en “varias visitas”, para familiarizarse con el entorno, “hasta que se encuentren cómodos para que no sea un susto de golpe”. Aunque parece difícil que puedan pasarlo mal: “Se bañan en las piscinas, se tumban en las hamacas y hacen agujeros en la arena”, es la viva imagen del paraíso canino. El precio por noche es de 14 euros, si se queda el fin de semana y baja hasta los 8 euros si se queda un mes.
El modus operandi consiste en que, al llegar, forman manadas, generalmente por tamaño, y duermen juntos. Todo esto, debajo de la casa en la que vive Yolanda: “Estaba cuidando un perro de acogida y me empezaron a preguntar los vecinos si podían dejarme los suyos”, explica. Afirma también que “cada vez son más los que deciden no abusar de la confianza de los conocidos y buscarles un hotel”.
Gardacan
La imagen de residencia canina que se tiene en mente no es muy variada, pero estos tres alojamientos son completamente distintos. Javier Vázquez se acaba de iniciar en el negocio, aunque cuenta con experiencia entre perros desde la infancia. Estudió cursos de entrenador y, junto a su padre, “decidimos habilitar la finca y lanzarnos al negocio”. Cuando termine la temporada de verano, harán cursos para las mascotas y sus propietarios, pero de momento “estamos completos hasta la segunda quincena de agosto y ya está empezando a reservar la gente”.
El precio según la longitud de la estancia: “Una noche cuesta 16 euros; entre 3 y 7 días son 15 euros y después se descuenta un euro por semana”, detalla. Gardacan tiene “ocho cheniles de 10 metros cuadrados, donde se pueden quedar dos perros, si vienen juntos”, según cuenta Javier. Por ello, su capacidad es un máximo de 16. “Tienen zona de sombra, finca descubierta y salen al atardecer”.
Residencia do Castelo
Al otro lado del Miño, en Esgos, Miguel Ángel González tiene más aforo en su residencia, “ata 60 cans”. Está ocupado “ata mediados de setembro”, pero solo acoge a 40 al mismo tiempo porque la lleva solo: “Volveríame tolo!”, exclama. Su opción es más económica que la anterior: “12 euros a noite; 15 días, 10 euros”. A pesar de haber colgado el cartel de “lleno”, dice notar que “as estancias son máis curtas agora, hai máis xente que se leva os cans a máis sitios que antes” y añade que “é normal, están feitos para convivir”.
Sigue una filosofía distinta: “Aquí aceptamos todo tipo de cans, non se distinguen razas nin estados emocionais”, afirma. Es “educador canino” desde hace seis años y matiza que no es lo mismo que “adestrador”. Su forma de trabajar es “entendendo a raíz do problema do estado do can e solucionándoo dende ahí”. Además de la residencia, tiene una escuela canina en Pereiro de Aguiar y acepta los llamados Perros potencialmente peligrosos (PPP) “porque senón sería discriminación”.
