Las fiestas arrancaron ya en el centro urbano, mientras los vecinos de zonas como Vistahermosa, A Carballeira, A Ponte o Mariñamansa reclaman luces y adornos en sus calles.
La Navidad arrancó ayer en la ciudad, con el tradicional encendido de luces en la Praza Maior. Hasta el centro urbano se desplazaron cientos de vecinos, que abarrotaron el Casco Histórico a pesar del frío. Romaro Gill, jugador jamaicano del COB, un ourensano de 103 años y una niña fueron los encargados de pulsar el botón para activar el alumbrado.
En esta ocasión, las luces se encendieron tres días más tarde que en 2022, y Ourense fue la última ciudad gallega en recibir la Navidad, debido al retraso en la colocación de los elementos luminosos. El encendido se ciñó prácticamente a las calles del centro y el Casco Vello, y ciertas zonas de O Couto o Mariñamansa. En puntos como el Paseo, sin embargo, las luces todavía no estaban encendidas a última hora de ayer. En el resto de los barrios, las luces se irán colocando progresivamente, con la previsión de finalizar los trabajos el día 17. Inicialmente, el Concello había previsto que toda la ciudad estuviera iluminada ya el pasado día 2.
La ciudad entra ahora en las semanas más mágicas del año, que incluyen una variada programación. Entre otras actividades, desde ayer y hasta el 7 de enero, estarán en funcionamiento el Poboado de Nadal en Bispo Cesáreo y el Mercado do Nadal en San Lázaro. El día 23 Papá Noel visitará el Auditorio.
